Sumar voluntades para ayudarse entre todos. Así podría resumirse cómo se originó la iniciativa para que trabajadoras de la economía social produzcan más de 3.800 barbijos. Se trata de mujeres y hombres que colaboran para proteger a otros, en este caso, agentes municipales que deben cumplir tareas esenciales durante la pandemia.
La iniciativa surgió de la Municipalidad, que gestionó la compra de la tela necesaria para poder fabricar los barbijos. Posteriormente, contactó a integrantes de talleres textiles de la economía social. Las trabajadoras que fabrican los barbijos pertenecen a: Las Arcas, emprendimiento que nace de la Asociación Civil El Arca del Alba; y La Sublimada, que surge a través de la asamblea La Poderosa, de barrio Chalet.
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Mariano Granato, secretario de Integración y Economía Social, dijo que una de las líneas de acción para las trabajadoras y los trabajadores de la economía social y popular en el marco de esta pandemia, fue fomentar desde el municipio a estas unidades productivas. “Comenzamos con estas dos asociaciones que están haciendo barbijos pero vamos a ampliar esa posibilidad para aquellos emprendimientos que puedan reconvertirse para generar aquellos bienes y servicios que tengan que ver con atravesar esta crisis”, indicó
“Esta primera experiencia es positiva porque hay dos asociaciones que están produciendo estos insumos y no tenemos que salir a comprarlos a las grandes cadenas, sino que lo hacemos a estas unidades más pequeñas. Además, se generan círculos virtuosos en esos territorios porque son ingresos genuinos que tienen que ver con el trabajo de la economía popular”, destacó el funcionario.