La ley de la oferta y la demanda en tiempos de incertidumbre y pandemia generan consecuencias ominosas. Previo a sancionarse el estado de aislamiento social, preventivo y obligatorio por parte del Gobierno Nacional, pero a sabiendas que el anuncio era inminente, gran parte de la población se apostó en comercios y negocios para llenar sus alacenas.
Las góndolas vacías no solo provocaron la faltante de bienes de consumo básicos, sino también el aumento de sus precios. Fue así que el Gobierno dispuso la creación de un régimen de información de volumen y precios de comercialización de carnes y cueros.
Con objeto de realizar un férreo seguimiento, el Ejecutivo ordenó la obligatoriedad para los frigoríficos de comunicar la cantidad diaria de kilos de media res y cuero vacunos comercializados y su precio promedio diario de venta por unidad de medida.
Pese a los controles, comerciantes de la carne aseguraron que difícilmente el precio de los diferentes cortes baje, luego del alza que generó el aumento de la demanda durante los primeros días de cuarentena.
Sin embargo, la preocupación de muchos es, ahora, las consecuencias naturales en las curvas de ventas: "Las personas compran para la semana o para llenar el freezer, por eso creemos que las ventas van a bajar en relación con los primeros días", dijo un carnicero consultado por el móvil de CADENA OH!.
En promedio, un corte popular de $95 fue llevado a $110 en el mercado mayorista, con lo que en las góndolas se tradujo en un monto muy por encima de ello. Precios que suben y ventas que bajan, podarían transformarse en un cocktail difícil de manejar.