La propagación del COVID-19 por todo el mundo está provocando cambios de hábitos y nuevas experiencias emocionales en gran parte de la población. La reclusión en los hogares está transformando la fisonomía cotidiana no sin consecuencias y contradicciones.
Tras conocerse la extensión del aislamiento obligatorio por una quincena más en nuestro país, los profesionales de la salud mental lanzaron una serie de recomendaciones a fin de evitar la angustia, el estrés y la soledad que confina el aislamiento.
Si bien el estado de cuarentena no afecta a todos por igual, los niños son una de las poblaciones en la que repercute de forma particular la transformación de las costumbres y quehaceres. Por su carga de energía, los más pequeños suelen ponerse muy ansiosos en el retorno a sus actividades habituales y son a ellos a quienes se les debe trasmitir que "esta situación particular es transitoria y que no será para toda la vida", explicó a CADENA OH! la psicóloga social, María Angélica Marmet.
Con el aislamiento obligatorio decretado, las escuelas comenzaron a enviar sus materiales vía web a fin de mitigar el impacto socioeducativo. Dado que las condiciones de aprendizaje no son las mismas, la escuela no debería pensar la relación pedagógica de forna tradicional, sugiere Marmet: "Se pueden plantear actividades que enseñen y las formas en las que ese aprendizaje tiene que ser hecho puede ser con materiales que se dispongan en la casa y que no tengan que salir a comprarse (…), que las consignas puedan hacerse con cualquier otra cosa que los chicos dispongan y así generar la exigencia de la tarea con una resolución creativa".
La psicóloga señaló, además, que el actual estado de cuarentena abre la posibilidad de mostrar a los chicos un nuevo abanico de posibilidades, donde "se pueden construir cosas, ponerse en el lugar de protagonistas, de cooperación, en el lugar de una tarea colectiva. Pensemos que este tiempo es un tiempo diferente y si damos tareas pensando que es el mismo estamos equivocados. Es un desafío", finalizó Marmet.
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