El debate por el acceso al aborto legal recorre todo el mundo. La Corte Suprema de Estados Unidos, recompuesta por el presidente Donald Trump, comenzó a discutir el tema con profundas divisiones.
El máximo tribunal examina una ley de Louisiana que, según sus detractores, busca restringir el acceso al aborto con el cierre de tres clínicas en ese estado conservador del sur. La ley, aprobada en 2014, es muy similar a una de Texas, que el máximo tribunal revocó en 2016 por considerarla demasiado restrictiva.
Proyecto de ley
Obliga a los médicos que practican abortos a hacerlo únicamente en clínicas que estén ubicadas a menos de 50 kilómetros de un hospital. Y además, a que los médicos que lo hagan cuenten con autorización para usar los quirófanos de ese hospital.
Obtener estas autorizaciones es complejo y, si la corte avala esta ley, sólo una clínica y un médico podrán continuar practicando abortos en Louisiana.
Desde 2016 “nada ha cambiado que justifique una vuelta legal”, declaró Julie Rikelman, quien representa a los demandantes, instando a la Corte a que respete su jurisprudencia.
Disputas políticas
Pero desde ese año, el presidente republicano hizo inclinar la balanza del tribunal hacia el lado conservador al nombrar a dos magistrados (entre nueve) con posturas tradicionales. Si la Corte anula la decisión de 2016, podría significar que esté dispuesta a revertir el histórico fallo del caso Roe vs. Wade de 1973, que otorgó el derecho a las estadounidenses a abortar.
Ello “podría marcar el principio del fin para ‘Roe’”, dijo Kelley Robinson, una de las responsables de la organización Planned Parenthood. “El acceso al aborto pende de un hilo” en Estados Unidos, dijo.
El Tribunal debe tomar su decisión en junio, meses antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. En el caso actual, la administración Trump respalda la ley de Louisiana.