El conflicto económico del grupo Vicentín comenzó a recorrer horas claves. A casi 60 días de anunciar su “strees financiero”, no se vislumbró ninguna manera de evitar una convocatoria de acreedores o el quiebre de la empresa.

El 3 de febrero es el primer día hábil en la justicia. No se descarta que deban afrontar un pedido de quiebra o invitar a la mesa a los acreedores, como últimas alternativas posibles.

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El sector empresario recuerda el caso de la Refinería San Lorenzo, la cuál fue cerrada por intervención judicial. En ese caso, más de 300 trabajadores quedaron en la calle. Esto evitaría cualquier posibilidad de volver aponer en marcha la industria.

Es notable la actitud pasiva que sostiene el Sindicato de Aceiteros. Se especula que es debido a que sus trabajadores aún cobran el sueldo. Sin embargo, no percibieron aumentos ni bonos de ningún tipo. Esta postura sindical no estaría generando la presión necesaria para que los actores correspondientes tomen cartas en el asunto y presenten posibles soluciones.

La población del Cordón Industrial no parece visualizar la gravedad del asunto. Ponen a menos la cuestión, porque no creen que una empresa de tal envergadura y trayectoria termine desmoronándose.

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En medio de tantos problemas, Vicentin comenzó a negociar con un grupo de empresas, la compra de 100 mil toneladas de girasol. Esta operación podría aminorar por el momento la situación, dado que quedarían cubiertos los salarios y el pago definitivo a proveedores locales. Para más tensiones, la operación cayó por cuestiones técnicas. Se deberá esperar a ver si la negociación logra recuperarse.