Una familia salteña se vio obligada a enterrar a un familiar envuelto en plástico porque no tenían el dinero suficiente para pagar un servicio funerario. El cadáver, que estuvo 36 horas sin recibir sepultura con 40 grados de de calor, fue enterrado de esa manera en el municipio de Santa Victoria Este, ubicado en el extremo noreste de la provincia.

Según trascendió, la familia del difunto pidió ayuda a la municipalidad, pero demoraron mucho en dar una solución. El intendente Rogelio Nerón pidió a sus funcionarios que se hicieran cargo del funeral, pero tras esperar tres días, la familia decidió enterrarlo de esa manera. "Estos errores sirven para mejorar las cosas. El intendente debe contar con funcionarios ágiles y efectivos, que lo defiendan y pueda realizar una buena gestión", reclamaron los vecinos del municipio en el que viven unos 1.500 habitantes.

En las imágenes se ve el cuerpo envuelto en plástico, además del piso de tierra dentro de una vivienda muy precaria.