La grasa abdominal no se limita al campo estético, también es conocida por tener efectos negativos en el organismo y en consecuencia ser un factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, gota (tipo de artritis), diabetes y aumentar la presión arterial. Una reciente investigación descubrió que, además, contribuye a la perdida de la capacidad mental.

Si bien el índice de masa corporal (IMC) fue vinculado al sobrepeso y éste con enfermedades de deterioro cognitivo, los investigadores que realizaron el estudio afirmaron que el diámetro de la cintura es un mejor indicador que este índice, en especial en adultos mayores, que tienden a perder masa corporal magra como el músculo y a incrementar la grasa sin cambio de peso.

Anteriormente se había probado que la obesidad estaba ligada al desarrollo de demencia, ahora queda demostrado que la grasa abdominal es particularmente peligrosa, aunque aún no se sabe si afecta de forma directa o indirecta al organismo.

Los autores del estudio informaron a la revista Obesity que las personas que tenían un peso normal con grasa visceral contaban con un riesgo mayor de demencia, y que aquellas con una circunferencia de cintura mayor o igual a 90 cm para los hombres y 85 para las mujeres tenían un riesgo mayor a padecer deterioro cognitivo. El estudio no prueba que la grasa extra alrededor de la cintura cause demencia en individuos de peso saludable; solo sugiere un vínculo entre las condiciones.

"El tratamiento exitoso de la obesidad puede reducir sustancialmente el riesgo de demencia", dijo la doctora Katherine Possin, investigadora del Centro de Envejecimiento y Memoria de la Universidad de California.

La grasa “de la panza” se localiza dentro de la cavidad abdominal y rellena los espacios entre los órganos del abdomen a través del paso del tiempo. Se relaciona directamente con el colesterol total alto y el malo (LDL), el bueno más bajo y la resistencia a la insulina.

Queda demostrado que este tipo de adiposidad (acumulación o exceso de grasa en el cuerpo) es mayor a medida que el organismo envejece ya que el metabolismo se vuelve lento y disminuye la capacidad de quemarla. Entonces, la edad, los hábitos de vida y alimentación de cada persona son factores que influyen en esta condición.

El estudio

Fue llevado a cabo en la Universidad de Corea, en Seúl, Corea del Sur y contó con la participación de asiáticos de 65 años de edad que fueron parte del examen nacional de detección de salud en 2009.

Se les preguntó a los participantes por su edad, si fumaban, tomaban alcohol y si hacían algún tipo de actividad física. Se extrajeron historiales de diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas diagnosticadas por un profesional. También el examen incluyó el cálculo del IMC y, además, la medición de la circunferencia de la cintura (durante la respiración mínima).

La doctora Sarah Szanton, directora del Centro de Atención Innovadora en Envejecimiento de la Escuela de Enfermería Johns Hopkins en Baltimore dijo que es complicado entender qué factor despierta la demencia “pero parece haber algo relacionado con la adiposidad central (grasa abdominal)”.

Según la División de Investigación de Kaiser Permanente, Oaklan, en un estudio publicado en Neurology, encontró que aquellas personas con mediciones de cintura más altas tenían un 360 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia que aquellos con mediciones bajas.

¿Cómo puedo reducir la grasa abdominal?

Es importante mantener una dieta saludable recomendada por un especialista, hacer actividad física y sostener el ejercicio en el tiempo. Evitar el alcohol, las comidas pesadas y con grasas. En cuanto a la hidratación, es primordial tomar agua para eliminar toxinas, sustancias que no sirven y combatir la retención de líquidos.