El ayuno intermitente y el "polvito" utilizado por las famosas para reducir la ingesta de carbohidratos, son solo algunos ejemplos de cómo los consejos de nutrición se viralizan en las redes de la mano de influencers y personas del espectáculo que por el solo hecho de tener seguidores o fans se convierten en palabra "autorizada" promocionando como milagrosos algunos hábitos y preferencias alimenticias que no siempre son saludables, sino todo lo contrario.

Por este motivo, profesionales reunidos recientemente en el Congreso CyTAL-ALACCTA 2019, el evento latinoamericano más importante sobre ciencia y tecnología de los alimentos, hicieron hincapié en la necesidad de que la información que circula en redes sociales y otros medios tenga sustento en la evidencia científica, para poder erradicar mitos y creencias equivocadas.

"Actualmente es problemático para los consumidores elegir los alimentos adecuados y seguros tomando en cuenta la información que se divulga en las redes sociales", Brian Cavagnari, doctor en Ciencias Biológicas y médico pediatra. Entre otros varios ejemplos comentó que, si por un lado se advierte a la gente sobre no consumir frutas y verduras expuestas al uso de agroquímicos y por otro lado se informa sobre el peligro de contraer infecciones por el consumo de frutas y verduras orgánicas, el consumidor no sabe qué hacer, se confunde y probablemente restrinja el consumo de este grupo de alimentos tan importante para una dieta saludable.

Otro de los tópicos abordados durante el encuentro fue el de las creencias de gran parte de la población sobre la inocuidad de consumir alimentos vencidos. “La fecha de vencimiento es uno de los datos presenten en el envase y muchas personas creen que ‘no pasa nada’ si se consume un producto ya vencido”, manifestó María Claudia Degrossi, doctora en Química y consultora en Seguridad e Higiene de Alimentos. Destacó, por lo tanto, que “debe respetarse la fecha de vencimiento para proteger la salud de los consumidores y sobre todo de la población de riesgo: niños pequeños, embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades de base”.

“Es necesario transmitir el mensaje correcto a la gente para que influya positivamente sobre su salud, porque si no, cuando las personas buscan información en redes sociales o con influencers, lo que suelen encontrar es pseudociencia”, María Vitullo, licenciada en Nutrición y miembro de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND).

Por su parte Susana Socolovsky, doctora en Ciencias Químicas, presidenta del Congreso CyTAL-ALACCTA 2019, admitió: “los científicos hemos estado distantes del consumidor, muy ocupados en los laboratorios y no supimos llegar a la gente; hemos dejado un vacío y -por inacción- permitimos que hablen los que no saben. La divulgación de noticias sobre alimentos debe estar en manos de los científicos en alimentos, que nos hemos formado en el conocimiento de la composición de los alimentos”.

En ese sentido, uno de los ejemplos mencionados en la reunión es el de los alimentos mal llamados “ultra-procesados”, una denominación errónea, ajena a la clasificación de alimentos procesados de entidades nacionales e internacionales reconocidas, que genera una gran controversia y suma confusión en el consumidor.

“Se ha generado una discusión incorrecta sobre una categorización que no ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS); ser alto en grasas, en azúcares o en sodio –tal las características que se les asignan a los mal llamados alimentos “ultra-procesados”- no es patrimonio de un producto de la industria alimentaria: un alimento con esas características puede provenir de un restaurante, un delivery, o de nuestra propia cocina cuando cocinamos una milanesa con papas fritas o una torta como hacían nuestras abuelas”, afirmó.

“En algunos países incluso están surgiendo normativas que mencionan estos alimentos. Es imprescindible que las normas tengan sustento científico y se armonicen con las normas internacionales. Desde la ciencia, queremos integrar a todos los sectores, los industriales, la academia y las agencias regulatorias para informar correctamente al consumidor”, insistió la doctora Socolovsky.

"Las personas están migrando a una preferencia por lo “natural”, el problema es que es más difícil que este tipo de alimentos sea estable en el tiempo. El uso de aditivos alimentarios en la industria moderna es primordial, llegando a tal extremo que sería prácticamente imposible obtener una producción óptima, con las garantías de inocuidad y los estándares de calidad que actualmente se requieren para ser competitivos en el mercado sin estos aditivos. Es importante que la población sepa que siempre que se mantengan dentro de la ingesta diaria admitida por las autoridades regulatorias, los aditivos alimentarios son perfectamente seguros”, explicó Adrián Saporiti, médico pediatra y empresario.

Con respecto a la epidemia de sobrepeso y obesidad, el especialista consignó que “el Estado no debe ponerse en contra de las empresas, sino crear juntos un cuerpo de conocimiento. Hay que generar una convergencia entre lo natural y los productos envasados, manteniendo alimentos a precios razonables para que la gente no esté mal nutrida, pero además hay que trabajar juntos, médicos, científicos, tecnólogos e industria, para hacer alimentos más saludables”.