Vecinos pesaron las piedras por lo increíble de su tamaño. Algunas llegaban casi a los 300 gramos.

Después de Pergamino le tocó a la ciudad de Rufino, en el sur de Santa Fe.

Esta localidad sufrió el viernes por la noche una singular pedrada en medio de los temporales que asolan el centro del país. Bolas de hielo de hasta 300 gramos se abatieron sobre la localidad situada a 265 kilómetros de Rosario. Los vecinos las compararon con huevos y naranjas o limones y aún eran más grandes.

 

Hubo destrozos en viviendas y en infraestructura urbana. Las fotos de los vecinos invadieron las redes sociales.