El hecho ocurrió en una vivienda de calle Francia al 1100. Dos delincuentes ingresaron a un domicilio, maniataron a dos mujeres y se llevaron celulares y algo de dinero.

Durante la mañana del viernes dos malvivientes irrumpieron en la vivienda particular de un médico (el profesional no se encontraba en el lugar), redujeron a dos mujeres y golpearon ferozmente a una de ellas.

La secuencia se inició cerca de las 9 cuando al domicilio en cuestión llegó una mujer policía (que no vestía uniforme) para cumplimentar un trámite administrativo. Una vez que se anunció por el portero, la mujer fue atendida por una jovencita (hija del profesional) que era la única ocupante de la casa en ese momento.

Pero cuando la dueña de casa abrió la puerta comenzó el drama. Porque en ese instante aparecieron en escena dos individuos los que, a los empujones y mediante amenazas, lograron ganarse al interior del inmueble.

Trompada

La mujer policía intentó defender el lugar y se identificó como tal, pero esto no hizo más que empeorar las cosas. Ante tamaña revelación uno de los ladrones asestó una trompada en el rostro de la mujer, que le provocó una severa lesión a nivel de su ojo derecho.

No conforme con la agresión, los rufianes maniataron a sus víctimas con precintos plásticos.

Ya con la situación bajo su control los malvivientes requisaron toda la casa, provocando un gran desorden en los distintos ambientes.

La revuelta duró casi una hora y llegó a su fin cuando los desconocidos hallaron algo de dinero, como así también algunos objetos que sumaron a su botín.

Consumado el atraco sus autores se dieron a la fuga, no sin antes reiterar amenazas de muerte a sus víctimas.

Cortaron los precintos

Poco después las mujeres lograron salir a la calle y llegaron hasta la casa de una vecina a quien le pidieron auxilio. Fue ésta última quien con una tijera pudo cortar los precintos y liberar a las mujeres.

Del hecho se supo minutos después cuando la mujer policía se comunicó al 911 y narró lo acontecido.

Al lugar se dirigieron gran cantidad de patrulleros e investigadores quienes tomaron contacto con las víctimas y comenzaron con sus tareas de rigor.

Los trabajos de los agentes fueron observados por muchos vecinos de la cuadra quienes no ocultaron su estupor.

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