Desde hace dos semanas hay distintos focos de fuego que arrasan la zona. El humo llegó a San Pablo y produjo una intensa niebla en la ciudad.

El Amazonas es el pulmón del planeta: representa el 20% de la cuota verde del mundo y se está prendiendo fuego, desde hace dos semanas, en distintos sectores.

El martes, el humo fue tan incesante que llegó a nublar San Pablo. A las tres de la tarde, la ciudad más grande de Brasil, oscureció. Se hizo de noche.

Desde hace dos semanas, el fuego abraza con miles de hectáreas de la Amazona brasileña y boliviana. Imágenes captadas por el satélite Aqua de la NASA muestran cómo esta región se quema en los estados de Rondônia, Amazonas, Pará y Mato Grosso.

De acuerdo a los especialistas, los incendios son raros, por la humedad de la zona, salvo entre julio y agosto, los meses de estación seca en la que además los agricultores realizan quemas.

De acuerdo a los datos entregados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe), los incendios de esta temporadas son los más grandes de los últimos siete años y en comparación con la misma fecha del año pasado, representan un 82% más. Hasta el 18 de agosto de este año, se han registrado 71.497, mientras que el año pasado solo se habían registrado 39.194.

“Estos fuegos son todos de origen humano, unos con propósito y otros accidentales, pero siempre por la acción humana. Para que tengas un incendio natural necesitas que haya rayos, pero en toda esta región central de Brasil y el sur de la Amazonía, hay una sequía muy prolongada, hay lugares con casi tres meses sin una gota de agua”, explicó el investigador del Programa Incendios de Inpe, Alberto Setzer.

Ahora, soldados, policías y civiles que se pusieron a disposición de la causa intentan que las llamas sigan avanzando y que no terminen de afectar la reserva natural de Tucavaca. Una tarea dificil, pero sumamente necesaria.