Nuestro barrio no escapa a la situación que afecta a la ciudad en general. Hace un tiempo se ha convertido en una zona liberada para los delincuentes.
Los vecinos los identifican claramente, la policía los conoce. Entonces, ¿estamos habilitados a pensar que existe complicidad policial? ¿Está fallando la investigación de los distintos actores vinculados con la seguridad? ¿Y los Jueces?? ¿Y los legisladores??
En menos de 200 metros, entre las calles Pringles y Azcuénaga, hay dos puestos de venta de drogas. ¿Por qué no se hacen allanamientos?
Entran a robar por la noche con los dueños de la casa adentro. Ya nada los detiene.
No podemos vivir tranquilos porque sabemos que estamos siendo permanentemente vigilados por ellos para saber cuándo es el momento indicado y de esta forma entrar a robar.