Frente a la merma de recursos que tendrá la provincia por los anuncios presidenciales, el Gobierno analiza volver a llamar a los gremios para rediscutir el acuerdo de paritarias. El propio gobernador había garantizado la continuidad de la claúsula gatillo la semana anterior.

 

Lifschitz pintó un panorama complejo para el Estado provincial tras la brusca devaluación que se produjo después de las primarias. Y advirtió que el cuadro se agudizó tras las últimas medidas del gobierno nacional.

“Hasta el lunes de esta semana dijimos que íbamos a cumplir con la cláusula gatillo, con todas las obligaciones. Y que íbamos a mantener la obra pública. Pero estas últimas medidas cambiaron el escenario y no sabemos si en los próximos días pueden aparecer algunas adicionales”, planteó.

“Hay municipios que no terminaron de pagar los sueldos del último mes, algunos en conflicto con los trabajadores. Esto evidentemente se puede agudizar porque el escenario nos está llevando a una crisis más profunda. No sabemos cómo se puede desarrollar en las próximas semanas”, explicó.

“Este 17 de agosto nos encuentra en un momento de crisis económica, de dificultades y mucha conflictividad política, con incertidumbre sobre el futuro a raíz de los resultados de las elecciones primarias”, sostuvo.

Tras pedir una instancia de pacificación con un proyecto de unidad nacional, Lifschitz analizó que la reacción del gobierno “fue muy negativa. Primero, para ellos mismos y luego para el pueblo. Esta devaluación del 30 por ciento de un día para otro implica una pérdida del poder adquisitivo de todos los salarios y las jubilaciones de esa proporción. Es un golpe muy duro para la clase media y la clase trabajadora, que ya venían golpeadas desde antes”, aseveró.

Reunión con Macri

Lifschitz anticipó que en la reunión de gobernadores prevista para esta semana, “vamos a plantear nuestra disconformidad y reclamar que se nos compense, porque si no, será difícil que podamos atender nuestras obligaciones”.