En el currículum de Chris Wetherell hay un trabajo destacado: su paso por Twitter y la creación del botón para retuitear. Pero ese hecho no lo enorgullece.

En una entrevista que publica Buzzfeed News, el desarrollador se mostró arrepentido por la función que creó junto a un equipo de trabajo en 2009. “Entregamos un arma cargada a un niño de cuatro años”, dijo. La cronología es más o menos acertada: la red social del pajarito surgió a comienzos de 2006.

Para desprevenidos, el botón de retuit permite replicar el mensaje de otro usuario sin la necesidad de copiar y pegar, además de incluir automáticamente la fuente.

Wetherell, que se prepara para lanzar pronto una startup, dijo que creó la función con buenas intenciones, en especial para que los usuarios con más seguidores puedan dar visibilidad a otros tuiteros. Pero que ese proceso con cierto grado de automatización es parte de la degradación de las redes sociales.

Según el desarrollador, sin la necesidad de transcribir el mensaje, o ni siquiera hacer copy paste, provoca que la reflexión (aunque sea mínima) sea suplantada por el impulso. Y eso inunda Twitter de mensajes que -tal vez- no deberían ganar visibilidad.

“Al copiar y pegar, las personas veían y pensaban aquello que compartían, al menos por un momento. Cuando el botón de retuit debutó, esa fricción disminuyó. El impulso suplantó el grado mínimo de reflexión una vez que se convirtió en algo compartido. Antes del retuit, Twitter era en gran medida un lugar agradable. Después, todo el infierno se desató y se extendió”, sostuvo Wetherell.

Siguiendo al antiguo empleado de Twitter, esa función que a su modo luego adoptaron otras plataformas, como Facebook, fue en parte el origen de fenómenos poco deseados en redes sociales, como las fake news.

Cabe señalar que tras la publicación de la entrevista en Buzzfeed, Chris Wetherell (que tiene un nombre de usuario privilegiado en Twitter, @cw, solo posible de conseguir en los inicios de aquella red) comentó que él no fue el único creador de los retuits, que fue un trabajo en equipo, y que respondió a un pedido de la compañía en la que trabajaba.

¿Cuál es la solución?

El propio CEO de Twitter, Jack Dorsey, es consciente del carácter problemático de los retuits. De hecho, la red social que hace un tiempo duplicó sus originales 140 caracteres ahora busca formas para mejorar sus conversaciones.

Una de las movidas que impulsan es la contextualización de los retuits. ¿Qué implica esto? En 2015 sumaron la posibilidad de hacer comentarios al retuitear, y desde hace pocas semanas también se puede agregar contenido multimedia al replicar el mensaje de otro usuario.

En línea con el mea culpa del desarrollador arrepentido, esos pasos adicionales sumarían un tiempo de reflexión –aunque sean pocos segundos- antes de tocar un botón y divulgar un mensaje.

Jason Goldman, que era jefe de producto en Twitter cuando Wetherell desarrolló la infame función, coincidió con él al señalar que el retuit es uno de los principales problemas de esa plataforma.

Frente a esto hay algunas buenas ideas. Por ejemplo, que aquellos usuarios identificados por republicar tuits ofensivos y/o noticias falsas sean “multados” con la eliminación temporal de la función.

El profesor del MIT David Rand, que se especializa en el estudio de las fake news, compartió otra solución posible. Que solo se pueda retuitear un artículo si el tuitero hizo clic en el enlace. “Eso podría ayudar a que las personas se den cuenta del problema de compartir contenido sin haberlo leído”, señaló.