No es la primera vez que una persona reporta problemas de salud luego de meterse en las aguas de monte Neme en Galicia, España. Y aunque ya es sabido que sus aguas son tóxicas, muchos deciden desafiar la prohibición de bañarse con tal de sumar likes en sus redes sociales. Como sucedió hace unas semanas cuando expertos alertaban a instagramers sobre los peligros de bañarse en las aguas turquesas de "La Maldivas de Siberia", en Rusia.

“Bañito mañanero en el Monte Neme. Disfrutón. Me la pelan las bacterias. He visto los memes y me descojono de vosotros, putos frikis. Me voy a bañar todos los putos dias del verano para demostraros que ni wolframio ni radioactivo ni nada, un bulo de 4 galegos raritos”.

Así de desafiante se mostraba el instagramer @izzyandtai hace una semana. Decidió hacer caso omiso a las indicaciones del colectivo Salvemos A Cabana, que pidió sellar el sitio de aguas turquesas (y tóxicas) en antiguas minas de los ayuntamientos coruñeses de Carballo y Malpica por los riesgos para la salud.

Estos sitios se han convertido en un hito turístico para numerosos instagramers, algunos de los cuales ya están sufriendo las consecuencias.

“Segunda visitilla en 4 días al monte neme. Esta vez, sin documento gráfico del baño, pero lo hubo, tranquilos. De momento, sin síntomas, asique no os preocupéis, enfermos”, escribía @izzyandtai, consciente de que algunos usuarios de las redes sociales denunciaban que todo era un montaje.

Hace cinco días, este instagramer subió una “Fotito del primer día, dándome un refresco en el Neme”.

Luego explicó lo siguiente: “50.000 frikazos han visto mi último stories. Estáis muy mal. De momento, como un roble. A ver si hace solecito este finde y sumamos el tercer remojo ya, que apetece”.

A partir de ahí, la cosa empezó a complicarse. Su piel tomó un color blanquecino en la pierna izquierda. Pero él dudaba de que fuera debido al baño. Le preocupaban más “dos quemaduras” que le salieron en el pie.

Una semana después de meterse en el agua mantenía “algunas marquitas y quemaduras”, aunque seguía dudando de que fueran por entrar en el lago.

Salvemos A Cabana exige el drenaje y el sellado de las balsas mineras ante el riesgo de accidentes y la toxicidad demostrada del agua de las balsas (huecos llenos de agua), donde existe una “alarmante presencia” de elementos como el aluminio que supone un “riesgo para la salud pública y los ecosistemas”.

En la actualidad, existen unos carteles prohibiendo el paso, pero nada lo impide físicamente. De hecho, en la red social Instagram hay más de 2.000 publicaciones localizadas en esta ubicación.

Fuente: La Vanguardia