El Papa Francisco envió una carta a la DAIA por el 25° aniversario del atentado a la AMIA en la que afirmó que “esa locura no estuvo limitada a la Argentina”, ya que “demasiadas veces en estos 25 años hemos visto vidas y esperanzas truncadas en nombre de la religión”.

En el escrito, Francisco sostuvo que estos atentados terroristas forman parte de lo que el denomina la “tercera guerra mundial de a pedacitos” y aseguró que ella “no sabe de fronteras, y ha demostrado su rostro cruel desde oriente hasta occidente”.

En la carta dirigida al presiente de la DAIA, Jorge Knoblovits, el Papa reveló: “al igual que desde el primer día, cada 18 de julio mi corazón acompaña a los familiares de las víctimas, sean judíos o cristianos. Y desde el primer día, pido a Dios por el descanso eterno de quienes perdieron la vida en ese acto de locura”.

Francisco también pidió, ante el nuevo aniversario del atentado que se cumplirá el próximo jueves, “por quienes sobrevivieron a la explosión, llevando desde entonces las heridas en sus cuerpos y en sus almas. Esa locura, sin embargo, no estuvo limitada a la Argentina. Demasiadas veces en estos años hemos visto vidas y esperanzas truncadas en nombre de la religión. Esta tercera guerra mundial de a pedacitos ha convertido esposas en viudas, hijos e hijas en huérfanos; y todo ello en nombre de Dios, blasfemando el nombre de Dios”, afirmó.

El Papa Francisco además destacó que “no es la religión la que incita y lleva a la guerra, sino la oscuridad en los corazones de quienes cometen actos irracionales”.

Según el texto de la misiva el Santo Padre indicó que “Dios nos ha llamado a convivir como hermanos, y esta fraternidad nos abraza y nos une más allá de cualquier límite geográfico o ideológico. Entre todos constituimos la gran familia humana”, remarcó el Pontífice.

En este sentido, el mensaje del Papa por los 25 años del ataque terrorista a la AMIA instó a que “esta conciencia” de fraternidad de “ser hermanos, junto con los valores del respeto y de la tolerancia, la debemos transmitir a las próximas generaciones”.

“La paz no ha de ser sólo nuestro derecho, su construcción debe ser nuestra obligación”, agregó.