El 15 de julio de 1932 un grupo de jóvenes decidió fundar una entidad social y deportiva llamada Club Atlético Alma Juniors. Según la tradición oral, el nombre tiene que ver con las edades de los fundadores.
– ¿Y si lo nombramos Alma Joven, Alma Juniors?, dijo uno de ellos. El nombre fue aceptado y días más tarde, por amplia mayoría, fueron elegidos los colores de la entidad: blanco con cuatro pequeñas rayas negras horizontales. La finalidad que persiguieron los fundadores fue contribuir al desarrollo físico y moral de quienes se acercaran a la institución.
Desde sus comienzos la actividad deportiva predominante fue el básquet, pero con el paso del tiempo se incorporaron otras disciplinas como básquet femenino, tenis con paleta, bochas y vóley. En 1938 la Comisión Directiva resolvió la compra del terreno donde actualmente se erige la sede del club, tratándose de una nueva marca a fuego en el devenir de la institución: el sueño de la casa propia.