Una cosplayer y modelo de Instagram de 19 años, llamada Belle Delphine publicó una foto en su bañadera, sosteniendo un frasco y un control de juegos de color rosa. "Ahora estoy vendiendo el agua de mi baño para todos ustedes, sedientos jugadores de videojuegos", escribió en el posteo junto a un link a su tienda online. Para mostrar que la promesa era real, en los siguientes videos de Instagram, se filmó a sí misma chapoteando en el baño y enfrascando el contenido con gestos sensuales y divertidos.

Pese a lo antihigiénico y al dudoso gusto de la propuesta, la respuesta fue satisfactoria. Miles de los 4,1 millones de seguidores de Delphine entraron a su nueva tienda online y compraron el artículo llamado "Gamer Girl Bathwater", que costaba $ 30 por frasco; el stock se agotó al instante.

La historia se volvió viral, y los medios alternaron entre la burla a los seguidores de Delphine por su ingenuidad y el aplauso a la influencer por su éxito en materia de marketing. Asimismo se publicaron algunas fake news sobre las supuestas consecuencias del extraño suceso viral. Desde que las personas que habían comprado el agua de baño de Delphine habían sido enviadas al hospital porque se les había diagnosticado un herpes o que Delphine ahora estaba vendiendo su orina por $ 9,999 dólares. Como suele suceder con todo lo que se vuelve viral, aparecieron memes y videos de youtubers. Muchos de los que habían comprado el agua, lejos de sentirse estafados aprovecharon para armar videos en los que se mostraban cómo usaban el agua para cocinar, tomar o incluso vapear (aspirarla como si fuera un cigarrillo electrónico).

El hecho, más allá de lo curioso y entretenido que pueda haber sido para los fanáticos de la bella Delphine, pone de relieve la adicción que pueden generar las redes sociales . El fanatismo de los seguidores hace posible fenómenos como este. Si bien en este caso no se tiene noticia cierta que haya habido repercusiones negativas, en términos de salud hubo otras experiencias más preocupantes como el de Rawbana, la youtuber vegana a la que se descubrió comiendo pescado y luego tuvo que disculparse. Ante la exposición, se vio obligada a explicar que la dieta extrema que difundía la había llevado a tener graves problemas de salud como la amenorrea y una disfunción intestinal llamada sino.

El consejo: usar el sentido común y supervisar el uso de los niños y adolescentes en las redes. No todo lo que dicen los influencers es cierto. Tomar nota.