Así lo indicaron desde el efector, que además otorga entre 40 y 50 turnos todos los meses por esta patología. Hay pacientes en lista de espera.

 

En el Cemafé se encuentran actualmente bajo tratamiento y control aproximadamente 300 pacientes con obesidad mórbida. Además, el efector ofrece todos los meses entre 40 y 50 turnos, los cuales muchas veces no alcanzan a satisfacer la demanda y genera que se tenga que conformar una lista de espera.

El director Institucional del Cemafé, Manuel Ferreira, reconoció que la cantidad de personas que se están tratando son muchas, aunque puso la lupa en la cantidad de pacientes nuevos que mes a mes solicitan turno, muchos de los cuales deben aguardar.

El acceso al tratamiento es similar al resto de las especialidades que se brindan en el Cemafé. “Cuando el primer nivel de salud (puede ser Samco) o el segundo nivel (hospital de baja complejidad) detecta un caso el cual excede las posibilidades que tienen por las concomitancias, sacan un turno para el Cemafé”, informó Ferreira.

Aclaró que sólo se trata de pacientes que alcanzan obesidad mórbida; es decir, en ese grupo no se encuentran aquellos que gestionan una consulta porque solo tienen sobrepeso. En ese sentido, precisó: “Si el índice de masa corporal da más de 40 se considera obesidad mórbida. A partir de 25, ya indica un sobrepeso; ya a partir de 30 estamos hablando de obesidad. Son los parámetros”

El profesional destacó que para casos de obesidad mórbida en el Cemafé “tenemos equipos especializados, interdisciplinarios; donde hay un psiquiatra, un médico clínico, un psicólogo, nutricionista, profesores de educación física”. Aclaró que la idea es no llegar a esa instancia (de obesidad mórbida) “pero que cuando se llega hay un equipo interdisicplinario preparado”.

Hay tres equipos en Cemafé para abordar esta patología: dos de adultos y uno infanto juvenil. Sobre la atención brindada precisó que la misma se da “desde la llegada del paciente, el peso, la dieta, las cuestiones clínicas aparejadas, hasta la recuperación física en el gimnasio del Cemafé, que es un lugar especial, ya que con esa patología no se puede ir a un gimnasio común”.

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Insistió en que los tratamientos son “crónicos” e hizo referencia a los programas de televisión y propagandas, muchas de los cuales le hacen pensar a las personas que afrontan la enfermedad que existe soluciones mágicas. En esa línea, afirmó: “la base del tratamiento es la constancia. La realidad es que son tratamientos largos y dificultosos”.

“Recuerden que en Cemafé atendemos el Centro norte de la provincia. Hay pacientes que viajan semanalmente y se les hace muy difícil sostener el viaje. Por eso nosotros empezamos una política de descentralización de los pacientes mediante capacitación a los equipos del interior”, comentó.

Cabe aclarar que los casos dejan de ser un simple sobrepeso cuando se supera el índice de masa corporal de 40. Sobre esos casos menores, el profesional destacó: “hay que abordarlos también. Para eso tenemos nuestros equipos de primer nivel, de segundo nivel, en donde hay médicos clíncos, enfermeros, trabajadores sociales que los que están tratando es no llegar a la instancia de la obesidad mórbida”.

En relación a la atención de obras sociales, Ferreira comentó: “Vemos que cuando se solicitan turnos nuevos hay muchos pacientes que tienen obra social. Nosotros consultamos muchas veces a las obras sociales y vemos que no tienen un formato que contemple un módulo completo para el paciente obeso mórbido. Entonces, muchos pacientes del sector de obra social recaen en el sector público”.

En ese sentido, comentó que la atención que debe recibir un paciente con obesidad mórbida debe estar concentrada en un lugar, ya que es muy difícil para un paciente con esta patología deambular por distintos lugares de atención.

El titular del efector recordó que “estos casos se venían trabajando en el Hospital Cullen e Iturraspe en años anteriores. Con el proceso de migración, estos equipos -como son terapias ambulatorias en el 95% de los casos- pasaron a Cemafé”.