Polémica sobre la marcha de la economía norteamericana relativiza la decisión que a fin de mes tomaría la Fed. Que necesita mostrarse independiente de la Casa Blanca.

Una luz de alerta se encendió en los tableros de comando de los inversores, en los principales centros financieros del mundo. Desde la difusión de los datos de empleo en Estados Unidos, que resultaron mejores a lo esperado, se abrió una polémica entre los economistas y observadores del mercado. La misma, respecto de la marcha de la economía. Y las chances de que la Reserva Federal disponga o no una baja en la tasa de los Fondos Federales.

Unos interpretan que la mayor creación de trabajo conocida el viernes (30% mayor al promedio móvil de 2019) fue una señal. Esta, de que la economía norteamericana está desempeñándose mejor de lo esperado. Y colocan un signo de interrogación a la posibilidad de que la Fed baje un cuarto de punto la tasa.

Otros, en las antípodas, advierten que ese dato por sí solo no es definitorio. Y para tener un panorama más acertado, sugieren incorporar al análisis otros dos elementos clave. El desempeño de la industria manufacturera, que aún está en terreno negativo. Y los datos de la economía global. Cuyo crecimiento está siendo afectado por la todavía irresuelta controversia comercial entre EE.UU. y China.

¿Por qué sería tan importante la decisión y por qué preocupa a los inversores? La razón es que a partir de la expectativa de una baja en la tasa de la Fed los mercados se pusieron en modo risk-on. Adoptaron una actitud más amigable con el riesgo, tanto en lo que hace a acciones en Wall Street. Como en la búsqueda de oportunidades rentables en los mercados emergentes.

Índice S&P 500

El índice S&P 500 avanzó en junio 6,9% y acumula 19% en lo que va del año. El índice EEM que replica el comportamiento de las acciones de mercados emergentes avanzó 5,4% el mes pasado, se recuperaron los bonos soberanos y las empresas volvieron a colocar deuda en el mercado voluntario con tasas más razonables.

Un comportamiento que se atribuye a la mayor predisposición que se advirtió en la Fed para recortar la tasa este año, en vez de elevarla, como se esperaba. La posibilidad de que ahora la autoridad monetaria de EE.UU. posponga la baja podría revertir el buen humor de los mercados, cuya consecuencia podría ser una corrección de las cotizaciones.

Fecha clave

La fecha clave será el 31 de este mes, para cuando está prevista la reunión del Federal Open Market Committee (FOMC) de la Reserva Federal (el COPOM estadounidense), encargado de definir la política monetaria y supervisar las operaciones de mercado abierto. Se esperaba para esa fecha que las minutas de la reunión convalidarían la necesidad de recortar la tasa, actualmente en 2,38% efectiva anual. Un nivel superior a la tasa del Bono del Tesoro a 10 años, que la semana pasada había perforado el 2% anual (a 1,95%) y en las últimas 3 ruedas rebotó a 2,06% y acentúa el contraste con los rendimientos negativos de -0,4% y -0,2% anual que ofrecen los títulos de Alemania y Japón, respectivamente.

Sin embargo, la polémica sobre la robustez de la economía norteamericana y las estadísticas que la determinan, relativizó lo que hasta la semana pasada era casi una certeza respecto de que para fin de mes podría concretarse el esperado recorte y, con esa baja, aparecería un nuevo impulso para el equity y los activos de mercados emergentes.

Por ejemplo, Morgan Stanley cree que se diluye la posibilidad del recorte y sugiere alejarse de las acciones, argumentando que, aún si baja la tasa, la recesión afectará los resultados trimestrales. El fondo Blackrock, en cambio, mantiene su confianza en el equity y apuesta a las acciones: cree que aún con menor crecimiento, los dividendos de las empresas serán similares al rendimiento del T10.

Clima favorable

Para la Argentina ese clima favorable había significado en junio una baja del riesgo país desde niveles de 1.000 puntos básicos a los 800 bps de esta semana. Y alzas de hasta 46% en los ADR incluidos en el índice MSCI, ganancias de 14% en el ETF (ARGT), recuperación de 9% para el promedio de los bonos soberanos y una importante entrada de capitales financieros que se tradujo en una caída de 6% en la cotización del dólar frente al peso.

Es comprensible que desde todos los centros financieros mundiales las miradas estén puestas en las pistas que podrían esconder las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, que hoy se presentará ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja y mañana ante el Comité de Bancos del Senado para informar sobre la política monetaria. De allí podrían surgir indicios de lo que piensa hacer con la tasa.