Se enojó porque una parte del público sacó fotos y filmó, con sus teléfonos celulares, durante la actuación. "Nos destrató a todos y hasta insultó a varios", coincidieron en precisar a SL24 más de uno de los asistentes.

Hernán Piquín tuvo un altercado en Bailando, el programa de TV que conduce Marcelo Tinelli, porque no se presentó a la sentencia de salsa de a tres. Ni él ni Macarena Rinaldi.

No pasó una semana que el exitosísimo bailarín protagonizó otro escándalo, esta vez en la ciudad de San Lorenzo, donde presentó su actual show en el Teatro de la Ciudad, el pasado domingo 30 de junio

A sala casi llena, salió al escenario y antes de iniciarse el espectáculo advirtió al público asistente que no estaba permitido sacar fotos y/o realizar grabaciones de videos, ni siquiera con los teléfonos celulares.

A pesar de la recomendación del artista, varios asistentes hicieron caso omiso y se dispusieron a fotografiar o grabar fragmentos de la obra, a través de sus teléfonos. De hecho, eso de estar prohibido hacerlo puede tener alguna cabida legal si se refiere a alguna filmación profesional, realizada de manera clandestina, y que tenga por finalidad una comercialización, por ejemplo; pero eso sería menester de un debate del que no será, esta crónica la que lo aborde.

Finalizada la función, Piquín salió a recibir los aplausos, premio a su exquisita interpretación.

Si bien fue agradecido al principio, luego se plantó e inició casi una catarsis vinculada al caso omiso de algunos asistentes respecto a su prohibición (o recomendación, en todo caso) de no sacar fotos y videos durante el show, sin hacer mención que sólo se trató de algunos y no todos, englobando por ende a la totalidad de la platea.

Luego, vertiendo una verborragia de la que la inmensa mayoría observaba de forma atónita, la emprendió sí contra algunos a los que comenzó a individualizar.

“Yo dije que no sacaran fotos y vos que hiciste, sacaste fotos”, le apuntó a un espectador “Igual que vos, si vos, ese que está allá atrás”, siguió. “Para qué mierda hacen esto, en vez de disfrutar el espectáculo; así está esta sociedad por tipos como ustedes….”, arremetió enojándose cada vez más. “Se daba manija sólo”, admitió un asistente a SL24.

En un momento, una mujer intentó poner paños fríos y hasta tirarle una soga a fin de sacarlo de tan incómoda situación. “Bueno Piquín, ya está, tampoco es para tanto”, ensayó. La respuesta fue en sintonía a todo lo que ya venía diciendo, y más aún. Puede que el público de San Lorenzo no sea el más educado y que no se portara tan bien como el artista quería, pero cada uno abonó una platea desde $750 lo que equivale a guardarle un poco de respeto; además no hicieron nada malo y en momento alguno entorpeció la función.

Si bien se indicó que esta crónica no avanzaría sobre el debate del uso de los teléfonos celulares y su modificación en los usos y costumbres sociales y culturales del actual milenio, quien hoy puede prohibir la obtención de una instantánea y enojarse de semejante manera, más aún cuando lo que se está retratando no pertenece al ámbito privado.

Evidentemente, Piquín se habrá arrepentido de su actitud, aunque si fue así, no lo hizo público.

¿Estará pasando por algún mal momento anímico? Sea o no así, todos los concurrentes coincidieron en destacar que el profesionalismo durante el show fue único.