Hilda y Hugo fueron recibidos ayer en el Hogar Español y pusieron fin a la incertidumbre.

Finalmente, Hilda y Hugo, los abuelos que fueron abandonados por uno de sus hijos en un bar de 27 de Febrero y Corrientes, fueron recibidos ayer en el Hogar Español. Ubicado en Uriburu 3875. De esta manera, los abuelos tienen dónde quedarse tras semanas de incertidumbre respecto a su situación.

Hilda y Hugo, de 86 y 92 años, fueron abandonados el 5 de junio en un bar de 27 de Febrero y Corrientes. El hijo con quien vivían los llevó allí y no volvió a buscarlos.

La noticia se difundió a través de los medios locales y también los nacionales se hicieron eco. La respuesta de los lectores no tardó en llegar. Esos días los mensajes inundaron las redes.

La publicación de la noticia de que la pareja de ancianos había sido abandonada en un bar de la ciudad provocó reacciones solidarias en todo el país.

Incluso, muchos desde varios puntos de Argentina se contactaron para ofrecer un lugar, comida, ropa y lo que necesiten.

La semana pasada volvieron a ser noticia ya que los visitó el cordobés Juan Pablo Rodríguez, presidente de la fundación Un Tatuaje por una Sonrisa. Conmovido por la noticia, se había ofrecido a llevarlos a su ciudad. Esto antes de saber que tenían un hijo en Rosario que les daría alojamiento transitorio. A través de las redes sociales reclamó a las autoridades provinciales y municipales que tomaran cartas en el asunto y dieran una respuesta a los abuelos.

El hombre viajó a Rosario el lunes pasado para visitar a los abuelos. Tal como había prometido a través de los medios que lo entrevistaron.

Solidaridad

"No puedo soportar el dolor de los niños y de los viejos", confesó Rodríguez, quien les preguntó a Hilda y a Hugo qué les haría ilusión. Ellos contestaron que les gustaría volver a Capilla del Monte de donde guardaban gratos recuerdos. "Me puse a organizar el viaje y me llamó el intendente de esa ciudad para ponerse a disposición. Así que ya tengo todo listo", confirmó el hombre. En seis días planificó todo para concretar el sueño de los abuelos.

Tras la incertidumbre inicial y los disgustos, Hugo e Hilda ya tienen su lugar en el Hogar Español.