A seis meses de dejar el poder, el Gobierno firmó un convenio con Estados Unidos que amplía rutas, frecuencias y operatoria en tierra argentina de aerolíneas de aquel país.

Como sucedió con el menemismo, el Gobierno firmó a seis meses de terminar su mandato un protocolo de cielos abiertos con los Estados Unidos. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y su par estadounidense, Elaine Chao, rubricaron un acuerdo que permite ampliar rutas y frecuencias aéreas entre ambos países en forma ilimitada, lo que favorece por potencialidad de mercado las chances a American Airlines de inundar los aeropuertos argentinos con sus aviones.

Actualmente tiene un tope de 112 frecuencias semanales, que rige desde el año 2000, luego de que se diera marcha atrás con la apertura de los cielos del menemismo. El protocolo establece también la posibilidad de que empresas de ambos países puedan hacer vuelos de códigos compartidos, a través de los cuales la aerolínea estadounidense utilizará el territorio argentino como un HUB de conexión a otras partes del mundo, solapando las rutas y frecuencias que hoy ofrece Aerolíneas Argentinas y Austral. También se habilita a utilizar o traer sus propios sistemas de rampas, lo que perjudica a la local Intercargo, que es la que ofrece el servicio. La decisión debe contar con ratificación parlamentaria, pero el acuerdo contempla que entre en vigencia desde ahora hasta que lo trate el Congreso.

"El nuevo acuerdo facilita las asociaciones de operadoras argentinas con operadoras estadounidenses, sea en formato de joint venture o joint business. Bajo el nuevo marco, las asociaciones gozan de trámites simplificados e incluso exenciones para su aprobación ante las autoridades estadounidenses. Esto se traduce en más y mejores negocios para empresas argentinas", comunicaron desde la cartera que conduce Dietrich. Según confirmó el ministro, actualmente hay siete rutas entre ambos países, que unen al aeropuerto internacional de la ciudad de Córdoba con Miami, y al aeropuerto internacional de Ezeiza con Miami, Nueva York, Dallas, Los Angeles, Atlanta y Houston. En total, entre todas las conexiones suman 84 frecuencias semanales, pese a que el marco actual permite una frecuencia de 112 vuelos semanales.

Menem lo hizo

Es habitual que los países firmen acuerdos bilaterales para desarrollar el tráfico áereo, aunque no es necesaria nunca la entrega que propone el ministro Dietrich. El acuerdo original de Argentina con Estados Unidos es de 1985, el cual se fue actualizando con los años. La última modificación fue en 2017, hasta ahora. Este nuevo acuerdo cambia varias premisas vigentes hasta ahora en el mercado aerocomercial, según relató un experto ex controlador aerocomercial. "El cambio más importante es que, pese a lo que diga el Gobierno, es un acuerdo de cielos abiertos, similar al firmado en los '90", señaló la fuente. En la actualidad existe una política de apertura de cielos con Chile, Nueva Zelanda y España. El problema con Estados Unidos es el poderío aerocomercial que va a dejar como principal contuso a la línea de bandera.

"A 177 días de terminar su gobierno, un inescrupuloso vendedor de autos @Guillodietrich entrega los cielos y rutas internacionales, regional y cabotaje a líneas aéreas de Estados Unidos y sus socios Avianca y LATAM para destruir la industria aerocomercial argentina", tuiteó Alicia Castro, ex secretaria general de Aeronavegantes. En la última etapa del gobierno menemista se firmó un acuerdo de este tipo, pero al asumir Fernando de la Rúa dio de baja el acuerdo. De todos modos, amplió las frecuencias hasta el actual nivel de 112 vuelos semanales. Esto generó un fuerte malestar en Estados Unidos, que tomó medidas de reprimenda sobre las condiciones de vuelos desde la Argentina a ese destino.

La única y principal diferencia del acuerdo que firmó Dietrich del que se rubricó en los '90 -y que el Gobierno utiliza para rechazar la idea de cielos abiertos- es que no se permitirá que aviones estadounidenses vuelen cabotaje en el país, ni viceversa, como sucede actualmente con la chilena LATAM en cielo argentino. El resto es igual e implica una flexibilización total de los servicios entre ambos países.

Macri lo rehízo

El primer cambio que establece el acuerdo es que ambas compañías no tienen límite en la oferta. "Cada parte tendrá el derecho de designar tantas líneas aéreas como desee para realizar transporte aéreo internacional de conformidad con este acuerdo y retirar o alterar dichas designaciones", señala el protocolo firmado este miércoles.

Los problemas con este punto radican en la diferencia que existe entre las empresas estadounidenses y argentinas, lo que hace imposible que compitan en igualdad de condiciones. Cuando se firma un acuerdo de reciprocidad hay dos estadíos, uno operativo y otro formal. El formal establece que ambos países tienen derechos de ofrecer vuelos sin límites. En lo operativo eso depende de la estructura de las empresas. "American Airlines (AA) tiene 3000 aviones contra los menos de 100 de toda la aeronáutica argentina", de acuerdo con el especialista.

Compromiso

Dietrich también asumió el compromiso de que las empresas estadounidenses que estén en la Argentina puedan utilizar el servicio distinto al que se impone al resto de las aerolíneas. "Cada línea aérea designada tendrá derecho a realizar su propio servicio de asistencia en tierra en el territorio de la otra parte o, a opción de la línea aérea, seleccionar entre los agentes de la competencia para dichos servicios, en todo o en parte", dice el artículo 8 del acuerdo.

El último punto es la posibilidad de ofrecer vuelos de código compartido en el otro país; es decir, conexiones que vende una aerolínea de otra compañía. "Hoy American Airlines puede vender en Estados Unidos conexión desde Argentina a Uruguay y Chile. A partir de este acuerdo firmado el miércoles puede ofrecer a Sudáfrica, Europa o a donde quiera. Incluso puede explotar cualquier ruta que la línea de bandera tenga o hacer una parada comercial en el país y seguir vuelo, hasta cambiar de avión por otro de menor porte de su propiedad para hacer tramos regionales", explicó el técnico. "Todo esto con matricula y personal estadounidense a cualquier otro destino", agregó el ex directivo de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).