Desde hace tiempo, los gigantes de Internet están en la mira por el enorme caudal de información que manejan y la manera en que resguardan los datos de millones de usuarios alrededor del mundo.

Por ese motivo, en Washington, los políticos de todos los espacios, se aliaron para dar una nueva batalla contra "los cuatro grandes": Facebook, Google, Apple y Amazon. El pasado lunes la Cámara de Representantes anunció la apertura de una investigación sobre posible comportamiento monopólico de estos gigantes tecnológicos.

El debate sobre los límites al poder de estas compañías pasó de la teoría a la realidad. El Estado sabe que tiene que empezar a regular a estas firmas -algo que incluso propuso Mark Zuckerberg- y, a su vez, se trata de un movimiento de ajedrez: "Pegarle a Silicon Valley es una buena forma de hacer política", consigna este artículo de Vox.

La iniciativa, que une a republicanos y demócratas, llevaría a la primera revisión de las leyes de competencia en décadas y pondrá nuevamente en el centro de la polémica a las tecnológicas, que hasta hace unos años parecían las mejores compañías del mundo y son por estos días objeto de críticas por su inmenso poder, su gestión de la información de los usuarios y, quizás lo más grave en contextos de elecciones, la propagación de fake news, noticias falsas, o que llevan a la desinformación.

Todos contras las tecnológicas

Desde el poder ejecutivo surgió la primera ofensiva. La Comisión Federal del Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Justicia se "repartieron" a las cuatro empresas para investigarlas. Apple y Google para el Departamento de Justicia, Amazon y Facebook para la FTC. El anuncio provocó una caída en la bolsa de las acciones de las cuatro compañías. En el caso de la red social de Zuckerberg bajaron un 7, 51%. Alphabet (Google) perdió un 6,12%, Amazon un 4,64% y Apple un 1,01%.

La iniciativa del Congreso, en el contexto actual del gobierno actual, sería histórica. "Pocas veces ocurre que haya un consenso tal, pero cuando pasa, ocurren cosas extraordinarias" afirmó Barry Lynn, fundador del Open Markets Institute y activista contra la concentración del poder.

“Hablamos de 18 meses de audiencias públicas. Republicanos y demócratas trabajando juntos en verdadera armonía. Estas audiencias educan a los legisladores, al público, al Ejecutivo, a los medios. La clave es el uso de la autoridad del Congreso de Estados Unidos para investigar y arrojar luz sobre estas corporaciones que son un peligro para nuestra democracia. Son la mayor amenaza a nuestra democracia desde la Segunda Guerra Mundial. Hay que actuar ya y con fuerza. Y el Congreso tiene todas las herramientas para hacerlo”, explicó Lynn.

Según varios expertos, la ofensiva de Estados Unidos contra las tecnológicas podría llevar a las compañías a desmembrarse, algo que propuso hace un par de meses la demócrata Elizabeth Warren, precandidata presidencial.

La propuesta de Warren es achicar a las grandes compañías tecnológicas en Estados Unidos porque considera que tienen "demasiado poder". Se cree que esta ofensiva contra los "cuatro grandes" podría ser uno de los grandes ejes de campaña en las elecciones de 2020.

En Europa las cosas no son distintas. La Comisión Europea impuso el 20 de marzo por tercera vez en menos de dos años una fuerte multa a Google por prácticas que iban en contra de las leyes de la competencia en la Unión Europea.

Crónica de una guerra anunciada

Hace poco más de un año, el escándalo de filtración de datos de Cambridge Analytica golpeó a Facebook. Fue el punto de partida para una crisis que afectó, primero a la empresa de Mark Zuckerberg, y posteriormente al resto de los gigantes tech.

Los problemas con el uso de información de la red social prosiguieron, a pesar de los intentos de la empresa por cambiar la percepción de los gobiernos y los usuarios. Las otras compañías también empezaron a sufrir la misma suerte.

A Google se lo acusó de favorecer sus productos de búsqueda y de abusar de su influencia en el mercado publicitario. En Francia, por ese motivo, se le impusieron medidas para controlarlo. Facebook, además de no cuidar los datos de los usuarios, es tratado como un monopolio tras haber comprado Instagram y WhatsApp. Amazon controla la mitad del comercio online y usaría esa ventaja para presionar a los vendedores a usar su plataforma. Apple es acusado de posición monopólica en el mercado de las apps.

Las empresas notaron el cambio de paradigma y ya actúan en consecuencia. En 2017, las cuatro grandes gastaron 55 millones de dólares en prácticas de lobby, el doble que en 2016, según el Center for Responsive Politics, que contabiliza este tipo de contribuciones.