La memoria es una capacidad muy útil tanto en la vida personal como en la laboral. Hay quienes aseguran que tener más o menos depende en gran parte de la genética. No obstante, también está a al alcance de cualquiera mejorarla y ejercitarla para potenciarla o mantenerla.

Como el resto del cuerpo, la memoria se deteriora de forma inevitable con el paso del tiempo. Las preocupaciones, el estrés y la ansiedad son grandes enemigos de esta capacidad y, por ende, lo primero de todo es que se debe hacer es reducirlos para que no afecten al cerebro así como a otros aspectos de la salud.

Si uno ejercita el cerebro, le presenta tareas novedosas que requieran cierta dificultad, como un hábito de vida más, continuará estableciendo conexiones neuronales y, de ese modo, se mantiene en forma de la misma manera que cuando se hace ejercicio.

Es decir, que a pesar del deterioro producido por el envejecimiento hay cierto margen de maniobra, por lo que es una responsabilidad de cada persona cuidar su habilidad para recordar.

Varios estudios científicos demostraron que la capacidad de la mente depende de la estimulación y la práctica. Además mantener activo el cerebro tiene el beneficio que previene enfermedades como la demencia senil o el alzheimer, entre otras.

Existen cinco hábitos diarios que podés incorporar a tu rutina para estimular a la memoria y mantenerla “en forma”. Estos son:

  • Lectura: leer bastante retrasa el deterioro cerebral.
  • Alimentación saludable: las deficiencias nutricionales pueden afectar al cerebro y, por ende, también la memoria.
  • Ejercicio físico: las hormonas liberadas durante el entrenamiento impulsan el proceso de aprendizaje, entre otros beneficios.
  • Descanso adecuado: es fundamental para que los procesos cognitivos funcionen correctamente disponer de una buena calidad y cantidad de sueño.
  • Brain training: existen plataformas para estimular el cerebro a través de ejercicios de duración variable que ayudan a la concentración y ejercitan la memoria.