En su indagatoria, el chico de 17 años contó que quería el aparato, que luego le vendió a un familiar. Descartaron que se trate de un femicidio porque no hubo abuso.

 

El crimen de Carla Morel produjo un cimbronazo en Santa Fe. La mujer había salido de su casa en Rincón para llevar a sus hijos al colegio, pero no volvió. La encontraron muerta horas después, por la tarde.

Carla tenía un golpe en la cabeza, producido por un ladrillazo, pero ahora el abuso sexual fue descartado, por lo que la Justicia indica que no se trató de un femicidio, sino de un homicidio “criminis causa”: el menor de edad, de 17 años, que la mató, lo hizo para robarle el celular.

Así lo confesó el autor del delito en la indagatoria que se le tomó en el juzgado de menores 1. “El chico quedó detenido y a disposición de la fiscalía hasta cumplir los 18”, reveló la periodista de LT10, Verónica Encina.

El chico cayó días después del asesinato tras venderle el celular a un familiar, quien lo acercó a la comisaría de Rincón.

Ahora la defensoría de menores trabaja para evaluar la cuestión psicológica y para saber si tomaba alguna droga. Luego se evaluará si se lo lleva al pabellón de menores de Las Flores, o queda alojado en la unidad de asistencia juvenil, hasta que cumpla los 18 años. Allí el fiscal podrá pedir el traslado a una penitenciaría y la prisión preventiva. El joven quedó imputado por “homicidio criminis causa”. Se supo que conocía a uno de sus hijos, pero no a Carla Morel.