De un control habitual por mal estacionamiento, los agentes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) se llevaron esta mañana la sorpresa de sus vidas. Cuando estaban enganchando un Chevrolet Corsa estacionado en la ochava de Dorrego y Pasco se percataron que en el interior del vehículo había un bebé de dos años.
Hubo que activar un operativo con sirenas, balizas y silbatos para que aparezca el adulto responsable. Finalmente el padre, acudió al lugar para argumentar que lo dejó en el auto porque había bajado a pagar una cuota en una cancha de paddle.
Eran las 17 del jueves, y la grúa junto a agentes de la GUM recorría la zona de Pasco y Dorrego. Al llegar a la ochava, se percatan que un Chevrolet Corsa color gris estaba estacionado en forma indebida sobre la esquina.
Casi en forma mecánica, los agentes se dispusieron a enganchar el rodado en infracción pero cuando ya se estaba por concretar el procedimiento se percataron que en el interior del habitáculo dormía un bebé de unos dos años de edad.
Después de la sorpresa, todo quedó en stand by. De inmediato se activó un operativo de búsqueda de un adulto responsable. A los varios minutos de hacer sonar silbatos, sirenas y balizas apareció un hombre joven que manifestó ser el padre de la criatura