El ex presidente brasileño Michel Temer se entregó este jueves a la Policía Federal en San Pablo.

 

Fue a raíz de un pedido de captura en la causa en la que se lo acusa de comandar una asociación ilícita que durante 40 años recaudó al menos 420 millones de dólares en sobornos y financiación ilegal de campañas.

Temer había sido detenido por cuatro días en marzo pasado. Pero logró la libertad por un habeas corpus que fue revocado en la noche del miércoles por la cámara de apelaciones de Río de Janeiro.

El ex presidente de 78 años, quien gobernó entre 2016 y 2018 tras la destitución de Dilma Rousseff, de la que era vicepresidente, se entregó por sus medios en la sede de la Policía Federal de Sao Paulo, dos horas antes de que venciera un ultimátum lanzado por una jueza bajo amenaza de hacerlo de detener por la fuerza pública.

"Siempre sostuve que no hay pruebas en todo este caso, que es insostenible", dijo Temer a los periodistas que hicieron guardia en la puerta de su casa, en el barrio paulista de Alto de Pinheiros.

No había manifestantes del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), partido que condujo durante dos décadas, en la puerta de su residencia, aunque sí estuvieron sus ex ministros Raúl Jungmann y el general José Etchegoyen, que no lograron verlo porque llegaron tarde.

Temer pidió ir a la prisión en San Pablo y no en Río de Janeiro como ocurrió la primera vez.