En plena tensión con Moyano, la central obrera quiere reactivar el programa, que venció el pasado 31 de marzo.

 

El programa determinaba que los empleadores debían avisar las desvinculaciones al Ministerio de Producción y Trabajo con diez días hábiles de anticipación. Así como lo indicaba el decreto presidencial de noviembre pasado.

Los gremios de la CGT apuestan a la "gobernabilidad" en medio de la crisis económica y la volatilidad del dólar. Por otro lado, desde el Ejecutivo, las negociaciones están en manos del ministro de Producción y Trabajo Dante Sica y de su par bonaerense Marcelo Villegas.

En paralelo avanzan con el Ejecutivo en las negociaciones paritarias. Entre los planes en danza están la habilitación de acuerdos trimestrales o semestrales y la incorporación de pagos no remunerativos.