Una vez más el Banco de Alimentos Rosario (BAR) convirtió la noche rosarina en una red de solidaridad, alegría y conciencia. La edición 2019 de su cena anual transformó un salón del Metropolitano en un supermercado, propuso cenar en la réplica de uno de los tantos comedores a los que asiste y le puso números a la tarea que realizan desde hace ocho años, recuperando de manera segura comestibles que están al límite del vencimiento y que les donan las empresas. Llevan distribuidos 5 millones de kilos de provisiones entre 290 organizaciones sociales beneficiando a unas 45 mil personas.
La cena también fue el marco para el cambio de autoridades de la organización sin fines de lucro, que acuñó un modelo de gestión capaz de sumar voluntarios para recuperar alimentos que se encuentran fuera del circuito comercial, pero que son aptos para el consumo. Almacena, clasifica y distribuye de manera trazable y segura las donaciones de empresas y personas, "buscando reducir el hambre, mejorar la nutrición y evitar el desperdicio de alimentos".