En febrero de 2018, se dio a conocer la historia de Ludmila Terreno. Una niña de Bernardo de Irigoyen –distante 110 kilómetros al norte de Rosario– cuya vivienda está ubicada a pocos metros de un depósito de agroquímicos. Esta situación derivó en graves problemas en la salud en Ludmila, quien estáal borde de padecer una leucemia, de acuerdo a lo manifestado por sus médicos.
Tras los infructuosos pedidos de sus familiares para que la comuna intervenga,el caso se llevó a la Justicia y pronto los análisis realizados a la pequeña develaron que tiene glifosato en sangre, presumiblemente por el contacto permanente con los venenos que se guardan en el predio vecino a su casa.