La forma en la que una mujer trae a su hijo al mundo puede afectar no solamente su físico, sino también su salud mental. El grado de instrumentalización del proceso y el uso de medicamentos incrementa los diagnósticos de depresión en las mamás, según las conclusiones de un informe español reciente sobre esta temática.

El informe del servicio de salud de Cataluña (España) estableció que el 6,8% de las mujeres que dan a luz por cesárea son diagnosticadas con depresión. En cambio, en aquellas que tienen un parto natural instrumentalizado —en el que se usan elementos tales como fórceps o ventosa— los casos descienden hasta el 5,8%. Finalmente, en las que solamente reciben epidural, episiotomía o directamente no son medicadas el número vuelve a bajar hasta el 5,65%.

El análisis incluye datos de partos que tuvieron lugar entre 2014 y 2016 en Cataluña en los que nació un solo bebé, con gestación a término en madres primerizas con embarazos no complejos. Los resultados mostraron que hubo un mayor uso de antidepresivos en las mujeres a las que se les practicó una cesárea durante el primer año postparto.

También se detectó que una utilización mayor de la atención primaria, las urgencias, las consultas de especialistas y los antibióticos en aquellas mujeres a las que dieron a luz por cesárea o tuvieron partos naturales instrumentalizados.

La cesárea es una intervención quirúrgica en una gran parte de casos necesaria aunque a veces se abusa de ella. Según los expertos, estos últimos están aumentando en todo el mundo a un nivel alarmante. En algunos países se practica en más de un 40% de los partos, como por ejemplo en Brasil.

En ese marco, se realizaron diversos estudios para analizar sus posibles efectos adversos. Asimismo, empezar a surgir en todo el mundo iniciativas para respetar más a la madre en el parto.