Después de un verano en el que el sol, el agua salada, el cloro, el sudor, la arena y los excesos de las vacaciones hicieron estragos en la piel es bueno preparar el cuerpo para el otoño y el invierno. Como sucede desde hace años, el calor no se fue del todo con el cambio de estación pero el tiempo ya dio muestras de estar poniéndose al día.

Para cuidar la piel de todo el cuerpo es importante en otoño usar productos que promueven la hidratación y la restauración. Pero además es recomendable adoptar una rutina corporal que ponga especial atención en la dermis.

La rutina de belleza se puede realizar en cuatro pasos que no te van a demorar mucho tiempo pero supondrán un cambio significativo y clave para tu piel. De hecho, hasta la podés aplicar mientras te bañás.

1. Exfoliación: entre una y dos veces por semana usá un exfoliante justo antes de la ducha para eliminar las células muertas y limpiar la capa más externa de la dermis. Podés elegir un producto específico para tu tipo de piel o uno más genérico, en cuyo caso debe ser ligero ligero para no presentar otros problemas cutáneos.

2. Nutrición: tras las inclemencias del verano es necesario reponer las capas más externas de la piel. La ducha sirve para limpiar, purificar y también fortalecer al usar un gel de ducha nutritivo.

3. Hidratación: al finalizar la ducha hay que proceder a hidratar y suavizar la piel. Aplicá una crema corporal nutritiva intensa justo después de secarte para que absorba bien el producto.

4. Relajación: a la par que hidratás es bueno incentivar a la circulación, que colabora en tener un mejor aspecto de la piel. Por eso, es aconsejable masajear las zonas en las que aplicás los productos.