Cuando el sol de la tarde se esconde en el oeste y el cielo comienza a oscurecer, el hall del Normal 3º se puebla de estudiantes. En los pasillos, chicas que el año pasado terminaron la escuela secundaria se mezclan con algunos varones y con mujeres más grandes que retoman sus estudios. Este año 250 ingresantes se anotaron en la Escuela Normal Superior Nº 36 "Mariano Moreno" para cursar el profesorado de nivel inicial o de primaria. Hay jóvenes que son de Rosario y también están los que vienen desde más lejos, desde algún pueblo de Santa Fe o inclusive de otras provincias argentinas.
Las autoridades de la institución saben que hay tantas expectativas y realidades como cantidad de alumnas y alumnos. Por eso, desde hace años, tienen una política clara desde el inicio del ciclo lectivo: contener y acompañar. Ese parece ser el lema para garantizar las trayectorias educativas y asegurar la permanencia de los estudiantes, en un contexto de crisis económica creciente.
Trabajo artesanal
La rectora del Normal 3, Silvia Barbieri explica que la heterogeneidad de la población ingresante es la principal característica del profesorado que funciona en Entre Ríos al 2300. "Es diverso, muy variado en cuanto a las edades y procedencias. Tenés jóvenes que son de familias de maestros, personas que son las primeras en su familia que acceden a una educación superior. Tenés mamás que postergaron sus estudios, jóvenes varones muy comprometidos con su paternidad. Personas que vienen buscando una salida laboral, gente que tiene una militancia en organizaciones sociales y que encuentra en la docencia también la posibilidad para hacer", dice y asegura que esa circunstancia implica una dinámica distinta. "Hay que atender a la diversidad y eso le da una riqueza mayor al trabajo con nuestros estudiantes. Hay un vínculo que se establece y que es más humano".