Desde comienzos de año las noticias de suspensiones, despidos y frenos en la producción automotriz son moneda corriente en el país. En marzo, seis terminales suspendieron a parte del personal, y algunas de ellas decidieron cesar la producción por días, semanas e incluso durante el mes completo. Además, con picos de cotización del dólar de 45 pesos, a fines del mes pasado, algunas marcas decidieron suspender la facturación y otras anticiparon que los vehículos en abril llegarían con un incremento de precios de entre 5% y 10%.
Indudablemente, los vaivenes de la economía han afectado al mercado de autos. La falta de financiación y el temor al endeudamiento en un contexto de fragilidad e incertidumbre por el futuro cercano han puesto un parate a una actividad que durante 2017 batía récords de venta mes a mes.
Marcelo Mehsen, presidente de la Cámara de Comercio Automotor Santa Fe, declaró en diario Uno que las ventas han caído notablemente y si bien "hay gente en los locales que consulta", el principal problema está radicado en la falta de financiación a tasas razonables. "Las tasas están muy altas y la gente no llega a comprar, pero por lo menos se ve un poco más de movimiento", explicó con optimismo moderado respecto del mes de abril.
En esa dirección reflejó que ante los altos precios de los vehículos nuevos, los usados casi 0 km, es decir con poca antigüedad, son la opción que están eligiendo los santafesinos. "El usado casi nuevo, desde los modelos 2014 a 2018, esos son los que más se venden. Son autos que requieren menos mantenimiento y son más baratos", contó.