El juez Marcelo Bailaque los halló responsables de comandar, desde sus lugares de detención, un grupo desbaratado en octubre de 2016.

Ariel Máximo "Guille" Cantero y su ladero, Leandro "Gordo" Vilches, fueron procesados nuevamente por la Justicia. Ambos están en prisión. El primero cumpliendo una condena de 15 años impuesta por la Justicia Federal. Es por comandar una banda narco desde la cárcel. Y otra de 22 años como líder de una asociación ilícita. El otro purgando una pena de 10 años como integrante de la banda de Los Monos.

Ahora, el juez federal Marcelo Bailaque les imputó ser responsables de organizar el comercio de estupefacientes desde las cárceles en las que se encontraban detenidos. Fue entre noviembre de 2015 y octubre de 2016. Por la misma causa ya había otras cuatro personas procesadas como aquellas que llevaban adelante el negocio ilícito en las calles de la ciudad.

La decisión de Bailaque llega después de la acusación que los fiscales Adriana Saccone y Diego Iglesias (a cargo de la Fiscalía Federal Nº3 de Rosario y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), respectivamente) hicieran contra el líder de Los Monos y Vilches. Hechos por los cuales fueron indagados en diciembre pasado.

Desbaratada

La causa se inició como un desprendimiento del proceso en el que se investigó, desde 2016, a una banda que traía a Rosario marihuana desde Misiones. Lo hacía por encomienda postal para luego venderla en la zona noroeste y el centro de Rosario. Entonces se identificó como líder del grupo a Mario "Gringo" Visconti. Era miembro de la barra brava de Rosario Central en la zona norte rosarina. Sin embargo, a los pocos meses el trámite pareció irse a pique cuando Visconti fue raptado de su casa. Y horas después apareció con nueve balazos en un camino secundario de Ibarlucea.

Pero como los teléfonos interceptados en la pesquisa siguieron activos, los investigadores supieron que los socios de Visconti seguían el negocio. Así avanzaron sobre una red de 18 personas. A quienes el juez federal Marcelo Bailaque procesó y mandó a juicio hace poco más de un mes. Aunque todavía el debate no tiene fecha de inicio.

Asociación ilícita

Los miembros de esa asociación ilícita dedicada a la venta de drogas estaba integrada entre otros por Juan Javier Granelli, de 43 años y residente en Casilda. Fue aspirante a senador nacional en 2015 y administraba dos portales de noticias de esa ciudad. Edgardo "Picu" Smolsky, que tenía en una FM un programa partidario de Rosario Central. Y Cristian Negrette, oficial de la División Antidrogas Rosario de la Policía Federal que vivía con Smolsky en Urquiza al 1300.

Bailaque había señalado al procesar al grupo que no podía decirse que integraran una organización piramidal. Sino una malla de individuos vinculados de manera múltiple.

En ese sentido, Negrette fue acusado de vender estupefacientes desde su domicilio y mediante delivery en el centro. Y por facilitar información policial para ayudar a Smolsky y a otros a eludir las investigaciones.

A Granelli, en tanto, le adjudicaron ser articulador de un grupo con otros tres imputados. Adriana González, Franco Bermúdez y Angel Fleitas. Para Bailaque el ex candidato a senador recibía droga de Bermúdez y la distribuía a los otros para vender al menudeo.

A través de Adriana González, Granelli se conectó con Joel David Pucheta. Este condenado en juicio abreviado por liderar una banda de robos a casas. Y Pucheta termina yendo a juicio junto a su pareja Jimena Villalva quien, según el fiscal federal Federico Reynares Solari, para abastecerse de drogas se contactaba con el empresario bailantero Raúl Narciso "Beto" Basimiani. Este actualmente cumple condena en Coronda por narcotráfico.

Los jefes

Pese a las pruebas colectadas, los investigadores no habían logrado establecer quiénes organizaban semejante red. Por eso, con la finalidad de ascender en la cadena de responsabilidades se realizó un trabajo coordinado entre la fiscal Saccone y su par Iglesias.

Esa labor estableció que "Guille" Cantero y Vilches, desde las cárceles donde se encontraban alojados (el primero a disposición conjunta de la justicia provincial y la federal, y el segundo solo a disposición del fuero santafesino), eran los organizadores de la banda. Y quienes, a través de Granelli, habrían puesto en marcha el negocio bajo sus directivas.

Concretamente, las comunicaciones telefónicas dieron cuenta de que Cantero y Vilches mantenían permanentes contactos con Granelli. A quien le daban directivas respecto de la comercialización de drogas. Como así también les reportaban problemas que surgían con los distintos puntos de venta. Esta circunstancia permitió constatar el dominio sobre la logística de la organización.

Como consecuencia, Cantero y Vilches fueron indagados en diciembre y procesados anteayer por el juez Bailaque. Quien entendió que en virtud de las pruebas obrantes en el proceso quedó "suficientemente acreditado el rol de organizadores de Cantero y Vilches respecto de la red dedicada al narcotráfico conformada por los demás coimputados". Y que "su papel de líderes se revela en el dominio territorial que ejercían con intimidaciones que ejecutaban por sí mismos. Y por intermedio de otras personas. También en el conocimiento que tienen hasta del eslabón más inferior de la cadena de tráfico de estupefacientes".