La reanimación cardiopulmonar (RCP) salva vidas. Resulta de suma utilidad para emergencias en las que una persona deja de respirar o el corazón se detiene. La forma tradicional involucra una combinación de compresiones en el pecho y respiración boca a boca. Un estudio determinó que usando esta técnica, más personas sobreviven.

Es posible que mucha gente, al encontrarse en una situación de las mencionadas características, no se anime a practicar reanimación dado que desconoce todos los pasos correctos. Por eso, también existe la posibilidad –ideal para los inexpertos– de hacer solo las maniobras con las manos. Ahora bien ¿tiene esto un impacto significativo en la vida del que lo necesita?

Esta misma pregunta se hizo un grupo de científicos del Instituto Karolinska (Suecia). De acuerdo a los resultados publicados en la revista científica Circulation, la respuesta es afirmativa. Hacer RCP solo con las manos duplica las chances de que una persona sobreviva en un ámbito extrahospitalario, en comparación con no hacer nada.

Para determinarlo utilizaron información del registro nacional sueco y la combinaron con los testigos presenciales de situaciones de paro cardíaco fuera de una institución médica. De 30.445 pacientes, el 40% no recibió RCP, al 39% le practicaron RCP estándar y al 20% restante, solo compresiones. Asimismo, notaron que la práctica de reanimación –y en particular de su versión simplificada– aumentó entre 2000 y 2017.

“Esto es importante, ya que la reanimación cardiopulmonar realizada por ciudadanos de a pie antes de la llegada de los servicios de emergencias es uno de los factores más importantes para sobrevivir a un paro cardíaco fuera del hospital. Por lo tanto, aumentar las tasas de RCP simplificándola puede incrementar mucho la supervivencia”, afirmó Gabriel Riva, uno de los autores del artículo, a medios extranjeros.

Recordemos que antes de realizar cualquier maniobra de reanimación es preciso llamar a la emergencia médica. Luego, verificaremos que la persona que necesita asistencia esté en un lugar cómodo. Recién en ese momento podremos comenzar con las compresiones, hasta que llegue el personal idóneo.

Nuestras manos deben ir una sobre la otra, en el medio del pecho del paciente. Una vez colocadas, es necesario presionar fuerte y rápido: de 100 a 120 compresiones por minuto, de acuerdo a la Asociación Estadounidense del Corazón. Tengamos en cuenta, por último, que cada minuto que se retrasa la RCP, las probabilidades de supervivencia disminuyen en un 10%.