El fenómeno de Game of Thrones trasciende la pantalla. Uno de los mayores logros de la serie es reunir grupos de amigos para ver cada capítulo en compañía. El plan puede ser en una casa o incluso hay locales que ofrecen pasar cada capítulo.

Debido al horario, la mayoría de las juntadas para ver Game of Thrones incluye la cena. La gastronomía es un ámbito en el que también se supo reflejar no solo el mundo creado por George R.R. Martin sino incluso materializar la ansiedad que hay entre los fanáticos para que comience la octava y última temporada.

Hace poco, la chef estadounidense Michelle Gatton y el fotógrafo Sam Kaplan unieron fuerzas para crear una réplica del trono de hierro con pretzels. No fue una tarea sencilla: tardaron más de 12 horas en armarlo.

Este asiento comestible fue elaborado con mil pretzels de 14 tipos distintos, los cuales se ubicaron encima de un material resistente con la forma del codiciado (y en este caso apetecible) trono.

Esta curiosa creación se une a la larga lista de alimentos que se inspiraron en la serie. Por ejemplo, los “huevos de dragón” que se venden en ferias callejeras, la intro de GOT con galletas, una lata de refresco “sin nombre” o un whisky de los caminantes blancos.

La pasión por la ficción hizo que los fanáticos preparen platos que vieron en la ficción, como postre de limón, salchicha de cerdo o pollo asado, y emulen algunas de las recetas más curiosas como “corazón de caballo” o tarta de paloma.

La serie también fue fuente de inspiración para una variedad de cocktails, como “el Príncipe Prometido” (a base de ron y fernet), “Leche de Dragón” (elaborado con pitahaya o fruto de dragón y ginebra), “el Bastardo Sangriento (hecho con jugo y tequila), “El pagador de deudas” (con el licor de canela suizo Goldschläger y champagne), “Valar MorGuinness” o “la Dama Roja” (preparado con limoncello y ginebra).