La titular del FMI aseguró que la baja actividad afectaría a los países emergentes, como la Argentina. Las tensiones entre China y EEUU, entre las principales causas de la desaceleración.

 

"Hace sólo dos años, el 75 % de la economía mundial experimentó un repunte. Este año, estimamos que el 70 % experimente una desaceleración (por) el aumento de las tensiones comerciales. Y al endurecimiento de las condiciones financieras en el segundo semestre de 2018″. Aseguró en la previa de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial.

La funcionaria anticipó que si estas condiciones son más rígidas “podrían generar graves dificultades para muchos gobiernos y empresas en términos de refinanciamiento y servicio de la deuda“.

Esto se amplificaría en “movimientos del tipo de cambio y las correcciones en los mercados financieros”. Entre las economías emergentes que podrían afectarse están las de la Argentina, Turquía y Brasil, entre otros.

Lagarde puntualizó que el FMI proyectó en enero un crecimiento mundial para 2019 y 2020 de cerca del 3,5%, uno de los porcentajes más bajos que hubo en los últimos tiempos. “Desde entonces, el crecimiento perdió ímpetu”, manifestó.

A pesar de esto, la máxima funcionaria del FMI sostuvo que no ve “una recesión a corto plazo”. “Esperamos que la actividad global se beneficie de un ritmo de normalización monetaria más paciente en los principales bancos centrales", enfatizó.