El edificio de la escuela se presenta como una obra literalmente "abandonada", a la suerte de vaya a saber quién o quienes políticas provinciales, nacionales.
Lo cierto es que tanto alumnos como todo el personal tiene que realizar sus tareas en distintos lugares. Las aulas en el edificios no están previstas para tales fines. Alumnos y docentes deben trasladarse de un lugar a otro según el horario, el curso, la disponibilidad, etc. Un verdadero caos, que solo se disimula por la buena voluntad de sus actores.
Es probable que los títulos que otorga esta institución sean los de mayor salida laboral. Cuentan con títulos y terminalidades muy importantes que contrastan enormemente con las condiciones de trabajo y de estudio, más allá de la buena predisposición de alumnos, docentes y directivos.