Fue el encargado de elaborar el primer informe que dio forma a la hipótesis de homicidio en el caso Nisman.

El prestigioso médico forense Osvaldo Raffo fue hallado hoy muerto de un balazo en la bañera de su casa, en el partido bonaerense de San Martín, donde los investigadores hallaron una nota firmada y dirigida al juez en la que decía que no aguantaba más los dolores que lo aquejaban por una enfermedad que atravesaba, informaron fuentes policiales.
Raffo había nacido en Parque Patricios el 31 de octubre de 1930, el año en el que derrocaron al presidente Hipólito Yrigoyen. Hijo de un matarife, comentó en varias entrevistas que creía haberse inclinado por la especialidad de tanatólogo (del griego thanatos, muerte) "por ver tantas vacas muertas" cuando era chico.

Se recibió de médico en la UBA, en 1957. Nisman todavía no había nacido. Diez años después obtuvo la especialidad de médico legista. Su libro "La muerte violenta", editado en los '80, es todavía un manual básico y de cabecera para los criminólogos que colmaban las salas cada vez que el médico se presentaba a una charla académica. Todos lo llamaban "maestro".

Una dura enfermedad

Raffo fue hallado en su casa de San Martín, la de toda la vida. Caminaba ayudado con un bastón y hasta meses antes de su muerte seguía haciendo los movimientos básicos del kendo, el arte marcial de los samurais japoneses que practica desde la adolescencia. Una especie de esgrima con sables. Para él, su cable a tierra. En su juventud fue campeón de yudo y una tarde recibió una medalla de manos del mismísimo presidente Juan Domingo Perón.

Nora Dalmasso, María Marta García Belsunce, José Luis Cabezas, Candela Rodríguez, Angeles Rawson, la tragedia de Cromañón. No hubo crimen ni muerte conmocionante que no pasara bajo el microscopio del forense más consultado de la Argentina. También los suicidios, siempre dolorosos o inexplicables.