El descanso, el tiempo de ocio y los lindos recuerdos son la parte positiva de las vacaciones. Pero como no todo es maravilloso, es posible que también hayamos sumado algunos kilos en este tiempo. Esto se debe tanto a un aumento en el consumo de calorías, que puede provenir de alimentos que no solemos ingerir en la rutina diaria -ricos en hidratos de carbono y grasas-, como a un posible incremento de la ingesta de alcohol.

Pero ahora, ¿cómo vuelvo a mi peso? Aunque parezca una misión imposible, empezaremos a encaminar el organismo, sin alarmarnos, hacia una rutina saludable. Hace ya un tiempo tomaron notoriedad la depuración y la limpieza del cuerpo a base de batidos de frutas y verduras, los suplementos elaborados a partir de plantas naturales y otro tipo dietas “mágicas y milagrosas”. Sin embargo, todo esto puede ser perjudicial para nuestra salud y tampoco nos garantizará resultados a largo plazo.

Para que tu esfuerzo se note es necesario que implementes y cumplas un plan de alimentación adecuado, con conductas saludables y ejercicios planificados a lo largo del tiempo. Pero como hay quienes se preocupan un poco más por la estética, a continuación te doy algunos consejos y trucos para ayudarte a evitar la acumulación de toxinas y kilitos de más.

1- No hagas ayunos prolongados

Este es un error muy frecuente. A nuestro organismo no le gusta ayunar y no estamos preparados para ello. Además, en el proceso de obtención de energía sin hidratos de carbono de por medio se producen sustancias perjudiciales para el organismo. Por lo tanto, tenemos que seguir comiendo y en una proporción equilibrada.

2- Tené control a la hora de hacer las compras

Lo ideal en este punto es elaborar una lista con los alimentos saludables que vas a consumir durante la semana. Esto te ayudará a realizar elecciones saludables y a no tentarte en el supermercado.

3- No saltees comidas

Es fundamental respetar siempre las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Al cumplirlas, evitamos “picotear”, lo que suele generar la ingesta de alimentos poco saludables y concentrados en calorías.

4- Comé despacio y pensá en lo que estás haciendo

En este punto te recomiendo no mirar la televisión o estar trabajando en el momento en que te alimentás. ¿Por qué? Es que así podrás disfrutar de la comida y evitar comer en exceso.

5- Tips sobre alimentos

Buscá todas las opciones descremadas de lácteos. En cuanto a las carnes, elegí cortes magros, quitá la piel del pollo antes de cocinarlo y sacá la grasa visible. Sobre los vegetales: aumentá su cantidad, variá los colores y optá por las versiones crudas o con poca cocción como las ensaladas para conservar su valor nutritivo.

6- Incorporá las frutas

Podés llevar en tu bolso alguna fruta fresca o deshidratada como ciruelas o pasas de uva para las colaciones. De esta manera, evitaremos recurrir a las galletitas o a las barras de cereal altas en calorías y poco nutritivas. Elegí las frutas de estación, que te ayudarán a refrescarte.

7- Cuidado con las grasas y los aceites

Optá por aceites de origen vegetal, como oliva o canola, maní, maíz o girasol. Usalos siempre en cantidades moderadas y en crudo (evitá someterlos al calor).

8- Cuidá la ingesta de azúcar

No comas ni bebas productos con gran contenido de azúcar y/o grasas como tortas, golosinas, dulces, amasados de pastelería, jugos y gaseosas. Leer las etiquetas es un buen truquito para encontrar las opciones más saludables. Pero ojo: ¡no confundas light con libre ni con bajas calorías!

9- Harinas, con moderación

No te excedas en el consumo de panes, cereales, pastas, harinas y féculas. Cuando los consumas, optá por las versiones integrales con bajo contenido de grasa y sodio.

10- Hidratate

Aumentá la cantidad de líquidos durante todo el día y asegurate de tomar, como mínimo, 8 vasos.

Como siempre, recordá que la actividad física y la vida activa es un complemento ideal para reducir esas calorías que consumimos de más en los días de vacaciones. Aumentá la rutina a 5 veces por semana, con un mínimo de duración de 30 minutos diarios.

Por último, solo puedo aconsejarte que pongas en práctica la paciencia: el tiempo que te llevó subirlos debe ser similar al que tardes en bajarlos. Esta es la forma más saludable de bajar de peso. El descenso rápido no es para nada bueno.

(*) La autora es Licenciada en Nutrición y nutricionista deportiva (MN: 4797).