Marcos Pilli no pudo abrir su negocio el miércoles y tampoco el jueves por falta de luz. El viernes lo intentó, pero funcionaban dos fases y no podía someter a sus empleados a una cocina con más de 40 grados y sin extractor. Con una boleta de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) que roza los 80 mil pesos bimestrales y tres días de lucro cesante, la Cervecería 372, de Cafferata y Mendoza, lleva tres noches cerrada, y no es el único local con problemas en la zona.
"Ya pasó que estuvimos 96 horas sin servicio, la mercadería se nos hecha a perder o tenemos que trasladarla porque requiere frío permanente", contó el hombre y apuntó: "También hay una heladería y una panadería, y ni hablar de los vecinos que no pueden bajar y no tienen agua".
La ironía es que ayer, cuando seguía sin servicio, llamó a los teléfonos de la EPE y escuchó atentamente la grabación de las seis zonas de la ciudad que estaban sin energía, y la de su local no figuraba. "Lo peor es que no lográs nunca que alguien te atienda", se quejó y señaló que "ir personalmente tampoco lo soluciona, porque allí también te mandan al teléfono".
El barrio
Más allá de lo que pasa en su local, el hombre señala una y otra vez que el problema es del barrio, no sólo de esa esquina, y que lo padecen los comerciantes y, más aún, los vecinos que están allí las 24 horas.
De todos modos, a horas de un sábado por la noche, día de mucho trabajo, se preguntaba si iba a poder abrir. Ya miércoles y jueves tuvo que cerrar, y el viernes lo intentó con una sola fase, pero el sector de la cocina estaba sin energía y no podía funcionar.
A todos esos días de pérdida, se suman facturas de varios miles que debe afrontar. La última fue de 78 mil pesos, es decir casi 40 mil mensuales. "Y eso no incluye el período de mayor uso de aire, que dispara el consumo", advirtió.
La logística ante cada corte, tampoco es menor y conlleva costos. "Cada vez que pasa, nos obliga a llevar la mercadería a la fábrica, que está a algunas cuadras, tanto lo de gastronomía como la cerveza misma, porque se trata de un producto artesanal, sin conservantes y que requiere sí o sí estar conservada con frío", detalló e insistió en que "es la incertidumbre a la que te somete lo que desespera, porque al menos si uno tiene información, puede organizarse".
Una costumbre
Los vecinos de Echesortu están acostumbrados a esta situación e incluso sobre finales de enero, tras cuatro días de corte de servicio sin respuesta y hartos de la situación, terminaron cruzando los contenedores de basura sobre calle Mendoza para visibilizar la situación y exigir una solución.
En ese momento, los propios operarios de la EPE hicieron un arreglo provisorio, que aún hoy está allí sin modificar. "Es un racimo de cables atados con alambre que salen de una caja y cuelgan —explicó el titular de la cervecería—. Ellos mismos nos señalaron que eso tenía cierto riesgo y que teníamos que hacer el reclamo para que vengan a modificarlo. Lo hicimos, pero aún estamos esperando", confió.