Después de ser echado de manera poco elegante, el coordinador de la campaña electoral que llevó a Bolsonaro a la presidencia filtró una serie de chats por WhatsApp que muestran al presidente en una postura muy agresiva hacia su colaborador.

El general Rego Barros, vocero oficial de la presidencia de la República reunió ayer una conferencia de prensa. Impasible, oyó tres o cuatro veces la misma pregunta. Y hasta las siete y veinte, se limitó a leer un texto frío. Así eludió de manera reiterada la cuestión revelada por grabaciones conocidas pocas horas antes.

Las grabaciones comprobaban que Jair Bolsonaro mintió. ¿Y de qué se trataba? De la divulgación, por la tarde, de varios audios de al menos tres conversas. Las mismas entre el entonces Secretario General de la Presidencia, Gustavo Bebianno, y el capitán presidente.

Los audios

Esas grabaciones de conversaciones a través de WhatsApp ocurrieron el pasado martes, día 12. Según afirmó con estruendo al día siguiente Carlos, el más agresivo de los hijos presidenciales, jamás existieron. Por la noche de aquel mismo miércoles 13, el presidente respaldó a su hijo. Dijo que se trataba de mentiras de su entonces ministro. Con eso su permanencia en el gobierno se hizo inviable.

La manera muy poco delicada, con que Bebianno fue defenestrado –bajo la acusación de mentiroso– creó un profundo malestar. No solo entre aliados políticos del capitán, sino también entre los generales que lo rodean.

Repercusiones

Además, abrió espacio para preocupaciones en todos los niveles, a raíz de declaraciones de Gustavo Bebianno. Este indicó que no aceptaría ser humillado y permanecer callado. Todos saben, empezando por Bolsonaro, que el expelido ministro conoce secretos de la campaña electoral. Si esto sale a la luz, puede fulminar al capitán presidente y su gobierno.

A las pocas horas de que la exoneración del ministro fuera anunciada por el general Rego Barbosa, un video circuló por internet. Era una declaración formal de Jair Bolsonaro. Llamó la atención que el presidente no haya incluido el video en sus redes sociales, única vía con que se comunica directamente a la Nación.

El video

En ese video, Bolsonaro alegó que divergencias imposibilitaron la permanencia de Bebianno en su gobierno. No dijo cuáles, ni de qué tipo, pero hizo varios elogios a su defenestrado ministro.

La insólita grabación presidencial sería, acorde a rumores, una exigencia del expelido Bebianno. Se dio a entender, entre los que esparcieron esa versión, que se trataba de una contraparte. A cambio, el ex ministro no abriría la boca para relatar detalles que podrían poner al clan Bolsonaro, inclusive el presidente, en situaciones altamente complicadas. A interlocutores cercanos, Bebianno negó haber hecho cualquier tipo de acuerdo en ese sentido.

Al promediar la tarde, se conocieron trece audios grabados el martes 12. En ellos, lo que se oye es un Bebianno respetuoso, casi servil, y un Bolsonaro iracundo y agresivo.

No hay ninguna revelación significativa, pero queda más que claro que el presidente estaba decidido a librarse, de manera humillante, de su entonces ministro. También sorprendió a todos la forma obsesiva con que Bolsonaro trataba de controlar sus iniciativas. Desautorizando frontalmente a su auxiliar en temas de escasa o nula importancia.

Bolsonaro deja claro que sabe que recursos del Fondo Electoral fueron desviados en al menos dos provincias, Minas Gerais y Pernambuco. Y advierte que no aceptará que esa papa caliente sea puesta en sus manos. No acusa a Bebianno de estar involucrado en el asunto, pero admite que sabe lo que ocurrió en las huestes de su propio partido.

Impacto

Lo que más impactó tanto en los medios políticos como en la opinión pública, ha sido la confirmación incontestable de que sí, hubo un mentiroso en toda esa historia. Y que su nombre es Jair Bolsonaro.

Bastaron 50 días para que el gobierno del capitán presidente acumule una impresionante colección de extravagancias. Estas culminaron –al menos hasta ahora– con la exposición indiscutible de que el ocupante del sillón presidencial es mentiroso. Exactamente el calificativo que su ‘pitbull’, como Bolsonaro llama a su hijo Carlos, trató de sellar en Bebianno.

Una pregunta se instaló en el aire de Brasilia. Si como justificativo para exonerar a un ministro el presidente mintió de manera descarada, ¿cómo se portará frente a temas relevantes?

En la conferencia del principio de la noche de ayer el general Rego Barros trató de demostrar serenidad. Lo que mostró, sin embargo, fue tensión.