Un fenómeno muy particular tiene lugar en el país vecino de Chile, más específicamente en el desierto de Atacama. Montañas y montañas de ropas de las principales marcas comerciales del mundo, se amontonan sin que nadie las use ni que puedan reciclarse.
Al respecto, Bárbara Pino, directora del Observatorio de la Moda en Chile, explicó que el problema no sólo tiene raíces ambientales sino también económicas.
"Nosotros desde la Universidad Diego Portales, desde la Escuela de Diseño de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño, desde el 2015 creamos este observatorio de la moda. Es para mirar la industria de la moda, cómo se comportan los consumidores, qué se produce, qué pasa en el mundo creativo y cómo se transforma la industria. Sobre todo porque no se comporta muy bien con el ambiente", detalló para Cadena OH!
El vertedero de ropa y textiles en el desierto de Atacama "Es un espanto, una pesadilla". Lo que ocurre, básicamente, es que las regulaciones aduaneras han permitido que entren una cantidad de fardos de ropa usada a precios demasiados económicos. Esto ha hecho que el país se llene de estos fardos y que el comercio no sea capaz de venderlos. Así que las sobras, lo que no se vende, termina botado en el desierto. Esto empezó hace 18 años atrás en el Paso La Mula, se concentró y se creo una montaña enorme de ropa.
"Hoy día lamentablemente es el segundo vertedero más grande de ropa del mundo. Llegan los fardos al puerto, lo que se vende se vende. Como es una materia muy barata, lo que no se vende comienza a ser más caro tenerlo en bodegas que regalarlos. Hay muchos fardos que se regalan y se botan. Hay una regulación donde los textiles no son desechos domiciliarios, por eso terminan en vertederos ilegales", explicó.
Se trata de un problema de sobre producción. Hay muchos fardos de marcas muy importantes, famosas, que pasan de moda en los mercados y ni llegan a las tiendas. Terminan en fardos y se desparraman en el mundo.
"Creo que hay una gran tema que lo estamos conversando con diversas autoridades, que es un tema de regulación. Mucho lo que entra a Chile va a Argentina, Bolivia y Perú. Nosotros entonces hacemos que la ropa usada le llegue al resto de Sudamérica. Es un problema que tiene impacto en el desierto pero además tiene que ver con pequeñas economías que se crean y van a impactar en todo el resto del sub continente".
No es sólo un problema ambiental. Son diversos los materiales, tiene lana, polyester, es complejo reciclarlos porque tiene dos materiales juntos que son indivisibles. Es un proceso muy caro hacerlo y, aparte, es muy grande la cantidad de ropa.
"Hoy en día se compra unas 50 prendas al año por persona en Chile, número que creció mucho en los últimos años. El consumidor puede ser un poco más consciente de lo que está comprando. A esto no lo vamos a resolver nosotros solos, tenemos que abordarlo de conjunto. Le hace mal al planeta, pero aparte muchas personas confeccionan nuestra ropa en condiciones que no son dignas", dijo por último Pino.
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