Las conclusiones del estudio científico sobre la zurdera
Aproximadamente, el 10% de la población mundial es zurda, algo que ocurre cuando el hemisferio cerebral derecho - encargado del control de esa mano - es el más dominante. La investigación fue realizada por la revista Nature Communications y se centró en estudiar variaciones genéticas poco comunes - que afectan a menos de un 1 % de la población - que de alguna forma podrían influir en la preferencia por usar las extremidades izquierdas.
Zurdos: ¿la mutación es la una explicación a esta predominancia?
La mutación del gen TUBB4B no es la única que puede explicar el porqué de la predominancia de los miembros izquierdos en una persona. Ya la ciencia había encontrado otras variaciones genéticas y/o motivos comunes que podrían asociarse a este fenómeno.
Además, otros hallazgos entran en juego a la hora de dilucidar las razones de la zurdera. Por ejemplo, diversos estudios realizados a gemelos y a familias de zurdos demostrar una mayor heredabilidad de este rasgo particular.
Más allá de las variables genéticas, los componentes ambientales también suelen ser tomados en cuenta por la comunidad científica, ya que pueden tener una gran influencia en la definición de la lateralidad. El entorno que rodea al recién nacido y los procesos de aprendizaje pueden influir al menor, tal cómo fue el caso del reconocido tenista Rafael Nadal quién terminó por decantarse por su mano izquierda luego de que su tio - quien fuera su entrenador - le hiciera entrenar con la mano izquierda sostenidamente.
Investigadores neerlandeses también subrayaron que, si bien la tasa de zurdos puede variar entre el 2 y el 14% en diferentes regiones del mundo, se ha deducido que esta divergencia ”refleja el uso forzado de la mano derecha en algunas culturas”. Otro ejemplo de esto es España, donde históricamente se trataba de eliminar la zurdera de los niños, atándoles la mano hábil a la espalda, para que aprendieran a escribir con la derecha.
El último estudio publicado en la revista Nature Communications arroja más claridad sobre este fenómeno. Sin embargo, al día de hoy, cómo el ADN da lugar a la lateralidad y cómo se define nuestra preferencia a la hora de usar un lado u otro sigue siendo un misterio que la ciencia todavía no pudo resolver.
Fuente: Ambito