La "Academia" comenzó ganando con tanto de Carlos Alcaraz; el "Canalla" lo dio vuelta con goles de Facundo Almada, Facundo Buonanotte y Alejo Véliz (todos en la primera etapa); y en el período final lo ganó Racing con anotaciones de Emiliano Vecchio, Maximiliano Romero y Anibal Moreno.

En el primer tiempo, el conjunto de Fernando Gago golpeó rápido y parecía augurarse una buena noche. A los siete minutos, el fondo canalla hizo todo mal en una salida y le terminó haciendo rebotar la pelota a Carlos Alcaraz para la primera emoción de la noche. Pero los de Carlos Tevez se mostraban picantes a la hora de agazaparse y lejos estuvieron de bajar los brazos tan temprano.

A los 18, Facundo Almada definió con un cabezazo de pique un centro desde la derecha, y a los 23 el local se equivocó ante la presión en el medio y la veloz salida terminó con Facundo Buonanotte convirtiendo por la derecha con un tiro al segundo palo. En una ráfaga lo daba vuelta la visita y La Academia solo reaccionó con un intento de Gabriel Hauche que ahogó Jorge Broun.

A los 33, los rosarinos aumentaron en una gran jugada que arrancó en el mismo Broun y terminó en una rápida combinación para que Alejo Veliz arremetiera con un cabezazo por la derecha.

El baldazo de agua fría trajo cola en el entretiempo y al complemento Pintita salió con tres cambios: Johan Carbonero, Juan Cáceres y Emiliano Vecchio reemplazaron a Hauche, Facundo Mura y Jonathan Gómez para intentar torcer la historia. A los 20, logró descontar con Vecchio, quien tomó de volea un balón que le bajaron de cabeza, a los 22 Maxi Romero empató anticipando de cabeza una mala salida de Fatura y enseguida casi marca el cuarto Matías Rojas pero lo ahogó el arquero.

Sin embargo, en lo que siguió del partido fue cuando se vio el corazón de Racing. Empujado por su gente, el equipo no aflojó en su intensidad y dejó en claro que era el que más deseaba la victoria. Insistió, forzó un penal sobre Johan Carbonero increíblemente inadvertido por el árbitro Pablo Echavarría y el VAR y, a los 46, encontró el premio con un centro desde la izquierda que Aníbal Moreno se agachó para cabecear al primer palo. Desahogo, abrazo gigante, lágrimas...

El epílogo justo para un duelo para el infarto que podría convertirse en una bisagra para Racing, la inyección anímica que todo candidato necesita.