Cobrar el sueldo, transferir una parte de la cuenta de la pizza del sábado, pagar con QR, darle cambio a la persona que atiende la verdulería, pedir un préstamo para comprar esa compu que tanto querés. Lo sepas o no, las finanzas forman parte de nuestra vida diaria. Y la educación financiera, también debería estar presente.
La educación financiera no sólo es importante para entender cómo hacer uso de los productos financieros de la mejor forma, sino también para conocer nuestras posibilidades. Pero, ¿qué es la educación financiera? Te lo contamos acá.
¿Qué es educación financiera?
La educación financiera es aquello que permite que las personas adquieran conocimientos y habilidades básicas para administrar mejor sus recursos. Y, de este modo, incrementar y proteger su patrimonio con el uso adecuado y responsable de los productos y servicios financieros que están a su alcance.
En ese sentido, podemos decir que se trata del proceso por el cual entendemos y mejoramos nuestros conocimientos sobre finanzas, y nos damos cuenta de sus riesgos pero también, y sobre todo, de sus beneficios. Esto es lo que contribuye a que adoptemos comportamientos financieros saludables (porque entendemos, por ejemplo, cómo funciona una tarjeta de crédito).
¿La clave de la educación financiera?
La información comprensible y herramientas básicas de administración de recursos y planeación. El objetivo no es enseñar cómo invertir en Bitcoin en primera instancia. Si bien la educación financiera y criptomonedas también tienen estrecha relación, alguien que no entiende el concepto de interés tiene otras necesidades.
Entonces, lo importante de este tipo de conocimientos es desarrollar las habilidades y actitudes necesarias para conocer, comparar y seleccionar los productos y servicios financieros que mejor se adapten a nuestras necesidades y posibilidades.
La idea es poder tomar mejores decisiones personales y sociales en términos económicos y mejorar la calidad de vida con las herramientas que el sistema financiero nos ofrece.
Y no solo es importante en términos empresariales o laborales. Como ya dijimos, nuestro día a día está atravesado por las finanzas. Saber de ellas es desenvolvernos mejor en todos los ámbitos: desde pagar la cuenta en el almacén hasta pedir un préstamo en el banco para empezar tu emprendimiento o abonar la cuota de monotributo.
Beneficios de la educación financiera
La educación financiera tiene beneficios considerables, tanto en términos de economía personal como de economía nacional o general.
En este caso, la educación financiera contribuye a mejorar tus condiciones de vida porque te da herramientas para la toma de decisiones, la planeación del futuro y la administración de los recursos. Además, claro, de la información que necesitás para usar más y mejor los productos y servicios financieros. Todo eso que ya mencionamos antes.
Ahora bien, que a vos te vaya bien, significa que a otros también les va a ir bien: porque vas a consumir más, vas a demandar los productos financieros adecuados y vas a saber qué es lo que necesitás. Todo esto contribuye a que la economía se mueva, se dinamice. Así, aumentan los niveles de inversión y crecimiento del conjunto.
¡Incluso es útil para las entidades financieras y bancarias! Al tener clientes y usuarios que entienden mejor sobre sus productos y servicios, el feedback es mucho más constructivo y el sector tiene mayores posibilidades de ofrecer alternativas novedosas, aumentando la competitividad y la innovación del sistema financiero.
¿Quién hubiera dicho que entender cómo funciona un Plazo Fijo iba a ser tan pero tan útil?
La educación financiera es de gran importancia, y no hace falta llegar a la adultez para comenzar a aprender sobre cómo funciona la economía, aunque sea a un nivel básico. Tampoco hacer cursos específicos o gastar fortunas en especializaciones. Hay una gran cantidad de libros de educación financiera que sirven para dar esos primeros pasos, e incluso hay para chicos. Así, ya crecen sabiendo cómo tomar buenas decisiones.
No hay edad para saber cómo usar nuestro dinero, y nunca es demasiado tarde para aprender.