La jornada del 5 de marzo de 2022 será recordada con absoluta tristeza en el fútbol mexicano. En horas de la tarde, Querétaro y Atlas se midieron en un partido por la fecha 9 del Torneo Clausura de la Liga MX. Sin embargo, y a los 63 minutos del encuentro en el que la visita ganaba 1-0, el árbitro debió suspender el encuentro por los hechos de violencia entre hinchas de ambas parcialidades, en el estadio La Corregidora.
El enfrentamiento, protagonizado por los hinchas de ambos equipos, comenzó en las tribunas y luego continuó en el campo de juego. Ante las dificultades que tuvieron para frenarlos, las autoridades de seguridad ordenaron abrir las puertas del estadio para que el público pudiera escapar.
El escenario se volvió cada vez peor. Las peleas tuvieron lugar no sólo dentro sino también fuera del estadio. Rápidamente se viralizaron videos del horror: familias y niños escapando a las corridas, gritos de desesperación y violentos que molieron a golpes a personas que tenían una camiseta del equipo rival.
“Se trata de una tragedia para el fútbol mexicano, es el acto violento más grande de la historia del fútbol mexicano”, afirmó Rubén Enriquez, conductor de Televisa, México. “Primero fue una trifulca normal entre bandas, con cánticos, con insultos, pero el problema comienza cuando un miembro de seguridad abrió una puerta que permitió el acceso de entrada a la banda de Querétaro hacia el acceso donde estaba la barra del Atlas. Raídamente comenzó una batalla campal, que cuesta creer que no derivó en fallecidos”.
“Oficialmente, lo que dice el gobernador de Querétaro, que hoy está en la mira porque es un estadio estatal y corresponde al gobierno garantizar la seguridad, es que hubo 26 heridos, tres de gravedad y ningún muerto. Las redes sociales ardían porque se venía hablando de muertos, hay entrevistas con hinchas que aseguraban que tenían amigos muertos”, sostuvo el conductor de Televisa al aire de Cadena OH!.
“Esta mañana se estaba pidiendo ayuda para localizar a personas que no estaban encontrando. Es muy confuso todo, pero la versión oficial indica que no hay fallecidos. Hasta el momento no hay ningún detenido, aunque circulan las imágenes de los implicados”, detalló.
Enriquez sostuvo que el partido había sido catalogado como riesgoso ya que desde el 2014 “las barras tenían problemas”, mientras aseguró que el gobernador de Querétaro “está muy complicado” respecto a sus posibles responsabilidades, a pesar de haber intentado desligarse de lo acontecido al afirmar que la seguridad privada “no había llevado la cantidad de elementos necesarios para garantizar la seguridad en el estadio”.
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