Productores agropecuarios y vecinos del sector rural aledaño a la laguna La Picasa, situada al sur de Santa Fe y compartida en su extremo sur con Buenos Aires, advirtieron que, de persistir las lluvias, podrían producirse inundaciones e inevitables cortes.
Canalizaciones, derivaciones y cientos de obras no autorizadas concentran los excesos hídricos de lluvias y potencian el crecimiento de la laguna que a principios de la década de los años 70 tenía unos cientos de hectáreas y hoy superan los miles.
La Laguna recibe actualmente unos 50 metros cúbicos de agua por segundo lo que la hace crecer dos centímetros diarios su profundidad. Con pronósticos de nuevas precipitaciones, las proyecciones se vuelven alarmantes.
La zona más afectada por las copiosas lluvias y la crecida repentina de la masa de agua es Aarón Castellanos y todo el contorno de la laguna. Una de las cuestiones que más preocupan es “perder lo que con tanto esfuerzo se logró en este tiempo, que son la ruta nacional 7 y el ferrocarril”.
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“Nos estamos ocupando regulando ingresos y tratando de que se ejecute el proyecto de los canales perimetrales de Rufino”, dijo Carlos Duhalde desde el Comité de Cuenca.
En relación a las acciones concretas en proceso dijo: “Nos estamos ocupando de regular ingresos y egresos de agua y tratando de que se ejecute el proyecto de los canales perimetrales de Rufino. Tenemos el foco puesto en terminar las obras en la Alternativa Sur, por parte de Nación ya licitadas, que hoy están suspendidas por un fallo del Tribunal Federal de Junín; hacer la nueva estación de bombeo Alternativa Norte y lograr el equilibrio sostenido entre ingresos y egresos a la Laguna”.
“Estamos enfocados en seguir poniendo todo el esfuerzo posible, para lograr la solución definitiva de este problema. La terminación de las obras proyectadas y llevar la cota de la Laguna a 98.5 como única solución posible para que todo el sistema funcione”, agregó.